06|| ¿Amigo?

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Me miraba al espejo, el traje que le había pedido al profesor Slughorn no me quedaba mal, era cómodo y clásico.
Había sacado la rosa que tenía en uno de los bolsillos, no soy fan de esas plantas, son muy patéticas.

Hoy era el baile de invierno, todos se mostraban entusiasmados, pero a mi solo me emocionaba estar con Lizzie.
Ya todos estaban en el Gran Comedor, ya estaría por empezar y yo aún no quería salir.

Respiré hondo y agarré el pequeño anillo que había comprado en Hogsmade, un pequeña piedra de lapislázuli adornaba el anillo, recuerdo haber visto un libro de estás piedras en la mochila de Lizzie, así que decidí regalarle esto.

Salí de mi habitación y todas las miradas fueron a mí, había escuchado unas cuantas quejas de algunos porque yo pasaría la noche con una Ravenclaw, pero la verdad no me afectaba, porque era con una ravenclaw especial.

Al llegar a la entrada del Gran Comedor empecé a buscarla con la mirada antes de bajar por las escaleras, y la ví con un hermoso vestido color granate, bellísima.

Me fui a su dirección y toqué su hombro para que se diera cuenta que estaba atrás suyo, ella al verme sonrió y me abrazó, con nerviosismo envolví mis brazos en su cuerpo, disfrutando nuestra cercanía.

-Te ves excelente, Tom -Dice alejándose de mí y mirando mi atuendo.-¡Ayy podría comerte a besos! -chilló ahuecando mi cara con sus manos.

Mi estómago voló en ese momento, sonreí como estúpido y traté de ocultar mi cara.

-Luces maravillosa... Como siempre -Susurre lo último sin que ella llegara a escucharme.

Tomó mi mano y me dirigió al interior del Gran Comedor, el director Dippet dió inicio a la noche y la música empezó a sonar.

Era movida y ruidosa, no creía que iba a soportar esto, pero de todas formas era para pasarla bien con Lizzie.
Nos moviamos de aquí para allá, pegando nuestros cuerpos debés en cuando, provocando miles de sensaciones en mi corazón.

-Vamos a tomar algo -me grita en el oído entrelazando sus manos con las mías.

Nos dirigimos a la mesa de la comida y bebidas, tomamos un poco de cerveza de mantequilla y comimos algunas frutillas que se encontraban ahí.

-Dios mio, se ve tan lindo... -Susurró Lizzie de repente, volteé a ver donde ella miraba.

Peter estaba riéndose con sus amigos, llevaba un traje del mismo color del vestido de Lizzie, llevaba una pequeña flor en el bolsillo de su chaqueta.

-Mira la pequeña rosa que tiene en su chaqueta, le queda tan bien... -Dice en un suspiro, volteo a verla y puedo ver un pequeño brillo en sus ojos.

«Auch...»

-¿Crees que me pida bailar una pieza? -Me preguntó.

-Pero, estás conmigo... -Dije incrédulo, sintiendo un poco de decepción.

-Ya sé, pero al cabo tú ni querías venir -Se rió volviendo a tomar un poco de cerveza de mantequilla, mi sonrisa se desvaneció poco a poco.

«¿En serio? ¿No te das cuenta de lo que hice por ti? Detesto las fiestas y sin embargo vine por tí, tuve que pedirle un traje al profesor Slughorn para estar presentable ¿Y a ti solo te importa que aquel estúpido te invite a bailar?, Hubieras venido con él»

No dije nada, solo me quedé callado observándola, mis ojos empezaron a arder un poco, al verla voltear a mi rápidamente actúe como si me llegará un bostezo.

-¿Tienes sueño? -Preguntó sonriente.

-Algo así...

Una canción empezó a sonar y ella chilló, agarró mi mano y me llevó a la pista de baile.

-Llegó la hora del baile lento, no te me vayas a dormir —dice colocando mis manos en su cintura y después sus dos manos en mis hombros.

Todos se pusieron en la misma forma que nosotros, moviéndose lentamente y mirándose fijamente.

—Mirame, sino no tiene sentido éste baile —Dice sonriente, yo me reí nerviosamente.

Bailamos lentamente, sin apartar nuestras miradas, sus hermosos ojos me estaban hipnotizando, me había hablado algunas veces pero estaba concentrado en su hermoso rostro.

Mi corazón latía con rapidez, y de repente, todos habían desaparecido, solo eramos ella y yo. Solos. Bailando como dos enamorados.

O al menos yo era el enamorado.

—¿Puedes sentirlo? —pregunté, era algo más para mi que para ella.

—¿Que cosa? —susurró ella.

No respondí, solo la seguí observando.

—Eres tan perfecta, Lizzie... —Le dije con el corazón en la boca. Ella sonrió.

—Dios Tom... siempre me dices cosas tan bonitas—suspira con un pequeño color carmesí en sus cachetes.

No podía negarlo más, estoy enamorado de Elizabeth Metta, la mujer más perfecta de todo el universo.

—Eres el mejor amigo que puedo llegar a pedir —Me abrazó mientras colocaba su cabeza en mi hombro.

Me detuve, todo se detuvo, la música, las personas, mi corazón...

¿Amigo? ¡¿Amigo?!

La aparté y la miré, ella sonrió confundida.
Entonces, amiga, dime ¿cómo borro esto que siento?

Alguien tocó mi espalda y me dí vuelta. Peter.

—¿Podría bailar con ella? —preguntó el pelinegro.

Recibí un pequeño pellizco de parte de Lizzie, volteé y ella asintió con emoción.

Yo suspiré y asentí, soltando la cintura de mi amiga, mientras ella me susurraba un pequeño gracias.

Me alejé sin voltear y mirar al chico Gryffindor, la música seguía en mute, mi cabeza con mil voces por segundo.
Estar enamorado es rudo.

Estar enamorado es rudo

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El color de tus ojos || Tom RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora