Lea.
Uno, dos, tres golpes le siguen dando a Frank.
Quedo atónita mientras Eiden se le marcan todas las venas del cuerpo cuando ejerce fuerza. Gracias a que estamos al final del pasillo nos camufla, nadie del restaurante se da cuenta del desastre que sucede, pero Eiden tumba un jarrón y lo trae de vuelta a tierra haciéndolo levantarse de encima de Frank, que se toca la nariz llena de sangre. Por los hombres que están dentro de la cortina el sonido del jarrón no pasa desapercibido.
Salen dos hombres y se dan cuenta de lo que sucede. Un Frank en el piso escurriéndose de dolor y Eiden transpirando.
Les habla en italiano.
"Sáquenlo por la puerta de atrás y páguenle un taxi al hospital más cerca." Dice y Frank solo se queja del dolor.
Me sorprende no este muerto.
Los hombres me miran de pies a cabeza y por alguna razón siento su repudio.
"¡¿Me escucharon?!" Les habla Eiden en voz alta.
Ellos dejan de verme para asentirle a él y recoger a Frank del suelo.
"Me voy." Intento huir cuando Eiden se me cruza de la misma forma que ayer cuando dije lo mismo.
"Yo te llevo." Su voz suena peligrosa. Me mira a los ojos y solo puedo ver sus pupilas dilatas por la adrenalina que acaba de pasar.
Chistarle en este momento no creo que sea la mejor idea así que asiento sin llevarle la contraria.
"Espérame afuera Lea." Dice y vuelve a entrar a las cortinas.
No creo que sea la mejor idea estar a solas con él. Pero tampoco es que tenga otra opción, como las otras veces.
Camino de vuelta por donde entre, me despido de la recepcionista con una sonrisa de boca cerrada. Espero sudando frío en unos muebles del lobby mientras Eiden se digna a aparecer. Pasan unos quince minutos y puedo ver por las paredes de vidrios que un Bugatti gris oscuro se estaciona justo en frente de la salida. Me levanto, mi intuición me dice que es Eiden. No me equivoco cuando el vidrio baja y lo veo mirándome. Ahora tiene puesta una chaqueta negra que lo hace ver más atractivo. Subo sin pronunciar palabra y el arranca apenas cierro la puerta del hermoso Bugatti.
El silencio no me molesta. Más bien me tranquiliza el sonido del auto por la autopista. El esquiva algunos autos para pasar más rápido. La velocidad no me asusta, me asusta la persona que vi en ese rascacielos. Se que no vamos a mi apartamento porque mi apartamento está a cinco minutos del restaurante y desde que tomó la autopista sabía que esa no era la vía.
"Tengo que estar en Honk-on en diecisiete horas." Rompe el silencio.
Lo miro y se ve tan exhausto que me provoca pasarle la mano por el cabello para que libere tensión pero lo comprimo.
"¿Que vas a hacer allá?" Pregunto queriendo saber mas y el me mira cuando el semáforo pasa a rojo.
"Preguntas mucho Russo."
Blanqueó los ojos.
"Solo estoy intentando tener una conversación normal."
Miro al frente enojada y el ríe haciendo que lo vuelva a mirar.
"¿De que te ríes?" Inquiero.
"De ti." Responde como si nada.
El semáforo cambia a rojo y veo que estamos en el aeropuerto, no me sorprende, es la única vía y me la se de memoria. He viajado muchísimo estos últimos años. Pero si me extraña que pasemos de largo. Unos minutos más tarde llegamos a un portón. Eiden hace cambio de luces y el portón se abre.
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El Golden Era
RomanceLea nunca buscó amor, nunca tuvo parejas siempre se enfocó en sus sueño de ser diseñadora gráfica. Cuando obtuvo su trabajo soñado en el Golde Era no sabia que se iba a encontrar con un Eiden Salvatore, un empresario que se sospechaba que era más qu...