Lluvia Carmesí Que Busca La Flor ✿[HuaLian]

Capítulo 5: La Procesión Roja

La marcha color carmesí comenzó una semana después de que el trato se cerró. Xie Lian asignó de manera apresurada a todos los encargados para que la procesión fuera digna de la unción de dos Imperios. También se aseguró los viajes de las personas que lo iban acompañar y luego regresar a XianLe. Por obvias razones su padre él Emperador se negó a hablar con Xie Lian, cosa comprensible. En cambio la Emperatriz trato y dio todo de sí para acabar todos los detalles minuciosos y que su pequeño hijo no se ahogará en tantas obligaciones. Desde darle conferencias al Príncipe An'Le y prepararse para el viaje.

Se concretó que la procesión de boda partiría desde el Palacio de Yong'An. De allí hasta la tan afamada Cuidad Fantasma donde residía el General Hua. Allí se abriría un banquete luego de la ceremonia presencial y después se dejarían a los recién casados en las cámaras nupciales. Xie Lian temía por esta última parte. La consumación del matrimonio. Y es que él, es muy... Inexperto en esa área. Desde temprana edad se concentró más en el campo de batalla y en la organización del Imperio que jamás tomó esa parte como prioridad, más cuando era entre dos varones como su actual caso. Así que mientras nadie lo supervisaba se escapaba a la Biblioteca Real y buscaba información que le fuera útil.

Bueno...

Luego de por lo menos una hora de búsqueda se rindió con las orejas más que rojas por la vergüenza que siente. Dejando ese tema como un caso perdido fue con su madre a ver en que le ayudaba. Ya vería cómo se las arreglaba después, después de todo no nació aprendido y pueda darse el caso que el General Hua le guíe...

—¡Oh A-Lian! ¡Ven aquí!—la Emperatriz apenas pescó a su hijo todo distraído lo comenzó arrastrar para que les tomara las últimas medidas para el traje de novia.

—Mamá, ¿en qué te puedo ayudar?—Muy inocentemente tomó las manos de su madre, se dejó guiar y darse muy tarde, muy tarde... que estaba en una habitación encerrado con puras mujeres que miraban con ojos críticos su cuerpo, en sus manos habían telas de gasa y finas y puntiagudas agujas, sonriendo nervioso miró a su madre pero luego no la encontró. —¿Madre?

Algunas veces Xie Lian era demasiado inocente.

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La procesión comenzó tal como se acordó. Dos semanas después de que el pacto se firmó y selló, la boda se efectuó.

Primeramente llegaron a Yong'An y luego desde el Palacio comenzaron los preparativos. El Emperador de XianLe y su Emperatriz tenían diferentes actitudes y semblantes en cuanto al tema. Mientras la Emperatriz tenía una gran sonrisa y lágrimas en los ojos. Él Emperador tenía una mueca amarga, todavía sin aceptar que su único hijo y gran Heredero se casaría y dejaría el trono solo por algo como un pacto entre Imperios. Solo esperaba con ansias que Yong'An atacara por la espalda para demostrarle a su tonto e ingenuo hijo lo equivocado que estaba. Nunca habría paz entre ellos, estaba escrito desde generaciones anteriores.

Como se esperaba de ellos fueron en un carruaje ostentoso delante del sedán nupcial del Príncipe Heredero. Quien adornado de las mejores telas en formas de flores y lazos estaba adentro retorciendo las manos de lo nervioso que estaba. Desde las suaves cortinas de gasa roja se podía ver la expresiones de la población de Yong'An, desde molestas a felices, por lo menos la última era la que más destacaba entre todo el mar de gente que los rodeaban en la procesión. Mu Qing y Feng Xin que estaban a cada lado del sedán nupcial notaron de manera previa lo nervioso que Xie Lian estaba.

—Su Alteza, todavía no hemos llegado a la ciudad fantasma, si lo desea podemos retroceder inmediatamente —Fue Feng Xin quien habló, él compartía de manera discreta los pensamientos del Emperador, pero por su Príncipe arriesgaría su vida sin pensarlo dos veces. Su sentido de lealtad era muy alta y férrea, había compartido muchos buenos recuerdos de juventud con el príncipe Heredero que no pensaba arriesgar la vida de Xie Lian en ninguna circunstancia. Mu Qing que estaba al otro lado del sedán nupcial rodó los ojos hastiado. Es más que nadie sabía que cuando Xie Lian comenzaba algo, lo terminaría no importa que.