Capítulo 7.

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Me gustas, no puedo ser sólo tu amiga.

Llegué al bar, la motocicleta quedó en el estacionamiento ya que nubes comenzaban a formarse en el hermoso cielo. La lluvia acompañaba mis lágrimas en lo que parecía ser una no tan hermosa noche, pero la verdad es que no era hermosa ya que alguien ya la había arruinado.
El y su estúpida frase. Maldito mujeriego. Que ilusa fui, cómo pude pensar que él me elegiría a mi y que sería diferente? Esto no es una maldita novela cliché. por mas que quisiese, no lo es.

-Otro.- me dirigí hacia el barman. Me encontraba pidiendo más whisky, perdí la cuenta de cuántos tomé. Ya estaba muy borracha así que con la poco cordura que me quedaba decidí llamar a Carly ya que vivía a unas casas de aquí. Luego veríamos qué hacía con la motocicleta.

-Carly- dije alargando la r.- ¿A buscarme venir puedes?- reí, creo que lo dije mal, upss.

-Son las dos de la madrugada, y... Estas borracha?- una somnolienta Carly me habló algo cabreada por estar pasada de copas.

-Never.- dije y ya el sueño se me estaba dando, unas ganas inmensas de dormir se me habían dado. Terminé de decirle a Carly en dónde me encontraba y me dormí. El sueño había podido más que yo y no es como que si hubiese luchado para que no fuese así, todo lo contrario.

**
Me di la vuelta en busca de mas calor, enredé mis piernas en otras. Mi cabeza la puse sobre su pecho y lo abracé por miedo a que ese calor que emanaba el cuerpo a mi lado se fuese. Me sentía terriblemente mal, definitivamente tenía que dejar de tomar alcohol, por mas que sólo fueron dos veces.
El cuerpo a mi lado se movió y gruñí.

-Quédate quiera Carly, tengo frío.-
Le dije a mi amiga. Podría sonar raro dos chicas durmiendo de este modo, pero para mi era sumamente normal.

-Es que necesito ir al baño, dulzura.- un momento... Carly no me llama dulzura y definitivamente no es ella. Rápidamente abrí mis ojos, aun así recordé que no debía levantarme rápido o sino mi dolor de cabeza aumentaría. Levanté mi vista y si, era él. Me separé, seguía enojada con su estúpida actitud de mujeriego. Quién me manda a meterme con un estúpido Playboy, al fin y al cabo la estúpida soy yo. ¿Qué hago mal? ¿Es mi cuerpo? ¿Son mis ojos? ¿Son los dedos de los pies? Definitivamente son los dedos de los pies, aunque no eran muy feos era muy raro que a alguien le gustasen. Se levantó y fue al baño para hacer sus necesidades. Mire como estaba vestida, traía una camiseta suya la cual me llegaba hasta un poco antes de las rodillas. Debajo de su gran camiseta tenia mi ropa interior, normal, la ropa interior es como el traje de baño, además llevaba un bóxer ya que no era fan de los tanga.

Salió del baño y ya estaba vestida con mi ropa mientras me hacía un cola de caballo.

-Qué quieres de desayunar?- preguntó poniéndose una musculosa.
Dios.
Mío.
Esto.
Debería.
Ser.
Ilegal.
Por mi podría seguir sin nada para que pudiese admirarlo más que unos tontos segundos, y si él preguntara que si me gusta lo que veo la respuesta sería más que un simple si.

-Nena...?- oh si, el desayuno.

-Nada, ya me voy.- dije retirando la vista de sus ojos para ponerla en cualquier lugar menos en el.

Decidida me levanté para salir de su habitación, sabía el recorrido ya que había estado aquí antes.
Resopló frustrado mientras me dijo: -No iré tras de ti. Si eso es lo que quieres.-

Miré por sobre mi hombro mientras sonreía tristemente. -Lo se, sé que tu maldito orgullo no te dejará ir tras de mi, y cuando te deje ya será tarde.- dicho esto salí de la habitación con mi vista nublada, con mis ojos reteniendo un mar de lágrimas. Sin poder evitarlo, sin verlo, escucharlo o algo parecido choqué con un cuerpo, igual de grande que Chase.

-Diablos- dije sobando mi trasero.

-Tu... ¿Qué haces aquí?- me atreví a mirarlo, no podía, no podía ser el. No, el no. ¿Qué demonios hace el aquí?

-¿qué sucede? No llores.- intentó calmarme mientras me ayudaba a levantarme y me abrazaba. En el momento que termine de sollozar un Chase cabreado salió de su habitación azotando la puerta de esta. Al vernos enfureció. Me miró... ¿preocupado?

-Suelta a mi chica, Dereck.- un tono frío y escalofriante salió de sus cuerdas vocales, sin darme mucha cuenta hice más fuerte mi agarre en la espalda de Dereck, temiendo que Chase enloqueciera y le hiciera daño.

-Cálmate. Le asustas, dime por qué carajos salió llorando de tu jodida habitación. ¿Qué diablos le hiciste?.- ambos hablaban de una forma muy intimidante, todo en ellos era así.

-No le eh hecho nada. Sólo dije que no iría tras ella, y cuando estoy por hacerlo los encuentro en esta escena tan romántica.- espetó furioso. Y ahora, la furiosa e intimida te era yo. O al menos eso intentaba.

-Tu! Maldito mujeriego! Qué parte de me gustas no entiendes? Qué tanto te cuesta? A caso eres idiota? Tienes problemas? Explícame!.- una lágrima recorrió mi mejillas y Chase hizo un ademán de acercarse a limpiarla, rápidamente quite su mano. Giré sobre mis talones dispuesta a irme. Y esta vez realmente esperaba que el no viniese tras de mi. Y una escena de anoche vino a mi mente, el preguntándome que hacía en un bar borracha, advirtiéndome de las cosas que podrían hacerme sucedido...

-Me gustas, no puedo ser sólo tu amiga...

Dije antes de quedar dormida en sus brazos.

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