Capítulo 3.

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¿Te conozco?...

Con Alexis habíamos acordado dejar el tema para otro día ya que al día siguiente tenía que ir a comprar las cosas para el instituto y el tenía que enseñarme el lugar para poderme manejar mejor. El día había transcurrido de lo más normal, me enseñó todo, tenía el centro comercial a cinco minutos de casa, una cafetería a tres cuadras, el colegio quedaba a diez cuadras más o menos y así me enseñó todo.

***•***
Ya era lunes por la mañana, luego de hacer mis necesidades y vestirme bajé a tomar mi desayuno.
Papá se había marchado a su trabajo, ya que el entraba 7:30 y yo 8:30, había preparado mi desayuno. Tomé mi mochila y mi celular. Tenía veinte minutos para llegar, el tiempo me daba y me sobraba ya que era bastante rápida al caminar.

Llegué cinco minutos antes, pasé por la secretaría para levantar mis horarios y que me dieran el paseo por el instituto.
Luego de presentarme y de que me dieran los horarios me dijo que era mejor que el tour fuese luego, ya que no era bueno llegar a mi primer día de clases tarde, menos aún si se trataba de Historia.

"Genial, espero que este profesor no me odie" pensé, ya que el profesor en el instituto anterior me odiaba. Demasiado.

Sin darme cuenta ya estábamos abriendo la puerta para pasar al salón. Todos se nos quedaron observando, pero mi mente buscaba a alguien en especial... A alguien que sabía que estaría ahí. Y lo vi, mirándome atónito, confundido y enojado. Conocía a esos ojos negros, pero... su cabello azul no, nunca conocí a nadie con el cabello así. Su cuerpo bien formado, su recta y ancha espalda se me hacía conocida, pero el cabello me confirmaba que sólo eran ilusiones.
Alguien me interrumpió los pensamientos mencionando mi nombre.

-...Megan Queiroz es nueva aquí, necesitará que alguien la ayude a integrarse y a conocer el instituto, puedes tomar asiento cariño.- miré todo el salón, encontré a una chica que me hacía señas con su mano para que me sentase a su lado, me senté allí y sentía a alguien mirarme, miré hacia mi izquierda donde vi que una chica me miraba.

"Quiere matarme con la mirada"

"Cálmate Megan, sólo quiere intimidarte"

"Pues ya lo logró."

"Deja de mirar a la castaña y préstale a la chica que te está hablando"

Estuve a punto de responderle a mi voz interior cuando alguien me dio una leve palmada en el hombro, me giré para ver quién era.

-¿Estás bien?- me preguntó la simpática chica que me pidió que me sentase junto a ella.

-Si, algo adormilada, lo siento...- dije esperando a que me repitiera su nombre. Supuse que ya lo había dicho pero estaba sumida en la mirada de la morocha.

-Milena Stewart, un placer, ahora prestemos atención al profesor, esto será divertido.- me sonrió, le respondí su sonrisa. Milena era más baja que yo, con su cara redondita que te daban ganas de apretujarla como una abuelita que no ve a sus nietos hace mucho tiempo. Tenía la nariz respingona, un cabello no muy largo repleto de rulos naturales, su cabello marrón y esos ojos miel brillaban de emoción, lo cual no entendía ya que estábamos en la jodida clase de historia. Entendió mi cara de confusión y me dijo...

-Espera y verás-

La clase de historia había terminado y había sido jodida mente genial, el profesor Jupa era un cuarentón flaco y alto, sumamente gracioso, aunque daba su clase a la perfección con el no te aburrías, y si, le había caído bien. Me hizo un par de bromas porque era tímida, cuando lo hacía parecía un jodido tomate.

Estábamos en la cafetería con el grupo de amigos de Milena, ella estaba en la mesa de populares, pero los chicos con los que mejor me llevé fueron unos cinco contando a Milena.

-Chicos, ella es Megan y espero que se lleven bien con ella o les cortaré el cabello.- la chicas hicieron muecas de desagrado mientras tocaban su cabello y los chicos sólo reían.

-Te los presentaré...- me presentó a todos lo chicos que no son de gran importancia ya que nunca llegué a tener una amistad verdadera con ellos- Ella es Carla, pero dile Carly, si como la del programa- Carly: una chica rubia de ojos negros de tez bronceada y muy alta, medía alrededor de un metro ochenta. Simpática y hermosa. Me extendió la mano mientras sonreía.

-Un placer- dijo Carly.

-Igualmente- le sonreí.

-Ella- Milena señaló con su mano a una morocha de ojos marrones de la misma altura que Carly, pero muy flaca, aunque eso no quitaba la belleza que tenía, su cabello era corto y lacio.- es Darcy.
Nos saludamos al igual de Carly y me comenté lo lindo que se veía mi cabello, lo cual hizo que mi sonrisa creciera aún más.

-Ellos dos- señaló a dos chicos que estaban jugando a quién tenía más fuerza- Son Connor y Chase, son mejores amigos y muy competitivos.- todos en la mesa reímos al unísono, Connor era un tanto más bajo que Chase, era blanco de ojos marrones claros y de cabello rubio peinado hacia arriba, era muy musculoso al igual que todos los chicos de la mesa. En cambio Chase era morocho con unos mechones azules en el jopo de su cabello azabache, de ojos azules, más alto y más musculoso. Tenía un lunar arriba del labio. El cual le quedaba irremediablemente sexy.

-Y él es mi novio, Dylan.- un guapo y alto chico se había levantado desde que habíamos llegado y se encontraba con sus brazos enredados alrededor de Milena, le sacaba una cabeza, al igual que a mi. Destacaba ante los demás ya que no era musculoso, sociable o divertido, algo en el me daba mala espina. Parecía ser el chico malo del instituto.

Todo transcurrió genial, el día acabó y me fui a casa, pensando que en tan sólo dos meses cumpliría diecisiete años...
Pero aún así no podía sacarme de la cabeza a esa chica que me miraba como si quisiese matarme. Y en el chico que conocía y a la vez no.

Se preguntarán que hice con mi cabello, bueno después de pasar por una peluquería decidí que lo teñiría de violeta y así lo hice. Aún así sólo fue el mechón. En la cafetería todos nos pasamos nuestros números, para poder hablarnos luego. Desde que dejé el instituto he estado hablando con Milena y Darcy. Ellas fueron las que me hablaron así que no tuve problema para hablar, ya que generalmente yo no empiezo la conversación.

Así finalizó mi día. Y mi semana también, todo bien, sin ser por esa mirada que seguía ahí y sabía a quién le pertenecía, lo cual hacia que se me erizase el vello de mis brazos y nuca. Y si, seguía viendo al chico que se me hacía conocido pero seguía sin saber quién era. Aunque yo sabía que lo conocía.

-.-.-

Recuerden que lo único que recibo a cambio de escribirles son vuestros votos y comentarios. Gracias por leer.

AimlesslyHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin