Capítulo 1

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*XANA CAMPBELL.*

Todos estábamos emocionados. Habían dado aplausos luego de las palabras de la profesora, que en lo particular, habían sido muy motivadoras.

—Eso sería todo —continua—. Por favor sean muy puntuales que el autobús no los va a esperar.

El salón se dispersa luego de algunos vítores. Por la emoción, había perdido de vista a Alessa. Además, la pobre era tan chiquita que eso pasaba a menudo.

Veo una mano alzada y las uñas pintadas de rosa que logró reconocer al instante y me acerco.

—Creo que es una buena idea de encontrarte —sonrío para mi amiga—. ¡Ya quiero que sea mañana!

—¡Yo también! —exclama la pelinegra—. ¿Has escuchado? El viaje se hará con otra escuela… Eso significa ¡que habrá chicos guapos!

Ruedo los ojos por lo último y niego con la cabeza. Aun así, la diversión no se va de mi rostro. Todo era muy emocionante. Para esto había soportado tantos años de tortura en la escuela.

¡Para mi viaje de promoción!

Y de paso, estaba muy feliz de que me haya tocado compartir cuarto y hasta asiento de autobús con Alessa. Ella era mi mejor amiga y por nada del mundo la cambiaría.

—No está permitido el alcohol, pero ustedes lleven. —Un compañero de clase susurró para casi todos—. Nosotros lo escondemos.

Alessa y yo lo quedamos mirando con extrañeza. Ese chico era el típico que se metía en problemas por no entrar a clases y desobedecer a los profesores.

Casi nadie le hizo caso y continuamos nuestro camino. Mi amiga y yo nos despedimos y cada una se dirigió a su casa.
Con una sonrisa me tire en mi cama y suspire pesadamente. Parecía una niña enamorada.

Sin previo aviso, la puerta de mi habitación se abre y Renzo ingresa con una sonrisa, más grande que la mía.

—¡Se ha acabado el año escolar! —grita y se tira encima de mí.

Gruño y me muevo para quitar el grande cuerpo de mi hermano. Pero —a pesar de ser la mayor—, él es más grande y no puedo.

—¡Ya quítate! —suelto un poco irritada.

—Perdón, me emocione —dice con una sonrisa—. Es que, Xana, ya es fin de año. ¡Benditas vacaciones!

Vuelvo a sonreír y revuelvo su cabello.

—¿Has pasado de año? —enarco una ceja.

—Eso que importa. Mamá ha dicho que podemos pedir algo para terminar el año. Ya que se viene navidad y esas cosas.

Niego con la cabeza y hago que se vuelva a sentar. Conoce mi mirada de regaño, así que inmediatamente rueda sus ojos.

—Renzo, debes estudiar y pasar de año. Es lo mínimo. Papá y mamá se esfuerzan para que nosotros aspiremos a más. —Él asiente, un poco cansado de escuchar lo mismo.

La verdad, no me cansaba de repetirlo, él podía ser muy relajado en ese aspecto y en muchas ocasiones le jugaba en contra.

—Lo sé, Xana. ¿Cocinas algo? —sonríe juguetón.

Me dolía un poco del rogar, pero al final aceptó.

Mi pasión a mis casi dieciocho años era la cocina. Indagar nuevas recetas y combinaciones para crear nuevos sabores me agradaba mucho… aunque algunas veces esos sabores se tornaban un tanto extraños.

Ya en la cena que preparé, mis padres y hermano empezaron a conversar sobre las notas finales. Por mi parte, quise presumir un poco que había obtenido notas altas.

Amores distintos© (Celeste Damas Y Yajaira Mildred)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora