Caítulo 2

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LAUREN


Mi pene está duro como una piedra cuando cuelgo el teléfono. Solo el sonido de la dulce voz inocente de Camila en mi oído es suficiente para conseguir poner a mi polla furiosa.

— Joder. — Grito cuando me siento en la cama.

En medio de la noche y estaba en un sueño profundo, pero el solo pensaren mi Camila asustada y encerrada en una cárcel me hace saltar fuera del colchón y correr alrededor de la habitación con prisa. Me pongo mis pantalones vaqueros y una camisa ajustada y salgo corriendo. No me ha visto en dos años y me gustaría tomarme unos minutos para peinarme y asegurarme de que me veo bien para ella, pero no hay tiempo. Su seguridad es lo más importante para mí de todos modos. Más que mi apariencia.

Es tarde y el barrio está durmiendo, pero eso no me impide salir de mi garaje, probablemente la mitad de mi calle se despertaría con el sonido de los neumáticos chillando.

— Mierda. — Su voz es asombrosa. Se me pone más dura cada vez que escucho su voz en mi cabeza.

Podré verla. No puedo creerlo. Ha sido un largo tiempo.

La necesidad de verla me está consumiendo. Me araña como una bestia sin control. Mi pie se hunde en el pedal del acelerador, atascado en el suelo y aun así estoy frustrada por que no soy lo suficientemente rápida.Estoy molesta con el mundo por que no puedo verla inmediatamente.Camila es mi obsesión secreta. Pero está empezando a salirse de control.

Yo la quiero a ella.

Y no importa cuántas veces me digo a mí misma que es muy joven, que es muy inocente, o que es la hija de mi mejor amigo, mi necesidad por ella crece. Pero últimamente ha estado creciendo fuera de control. Los tiroteos nocturnos, las redes sociales, la persecución, las visitas al campus.

Esa obsesión está más allá de mí ahora. Esta tomando mi vida como una bestia feroz. Ella me ha consumido. Y no consigo detenerlo.

Mi dulce e inocente. Incluso tengo un tatuaje de un dulce en el interior de mi brazo en su honor. Está escondido, pero cada vez que lo veo me calma.Me encanta saber que siempre está ahí conmigo. Prefiero que sea ella laque siempre este aquí, pero esto es todo lo que tengo.

Desacelero a la vuelta de la esquina, a solo medio kilómetro de la carretera principal hacia la estación de policía. Me está matando que todavía estoy a diez minutos de distancia. Tomo una larga y profunda respiración para calmarme, pero no funciona.

La última vez que hablamos fue cuando la llevé de casa, a su nueva habitación en el dormitorio del campus. Ella tenía diecisiete años. Muy joven. Demasiado inocente para lo que mi sucia mente soñaba para ella.

Todavía recuerdo el paseo en coche como si fuera ayer. Llevaba unos shorts ajustados que hicieron que me doliera la polla todo el camino. Traté de no mirar la piel clara y lisa de sus suaves muslos, pero estuvimos en el coche por dos horas y no soy tan fuerte.

Su blusa blanca era suelta y ancha, cada vez ella miraba por la ventana yo miraba hacia sus redondos y suaves pechos, balanceándose con cada pendiente en la carretera y dejándome mareada. Tomó todo de mi no parar el coche y tomarla en el lugar. Pero no estaba segura. No debería mirarla así... Pero era un ángel para mí. Un ángel perfecto.

Aún puedo imaginar cada detalle. Su cabello castaño estaba bailando con el viento, ocasionalmente haciéndome cosquillas en la mejilla y provocándome de la manera más cruel posible. Su impecable rostro se iluminaba con una sonrisa, con cada chiste, sus brillantes e inocentes ojos chocolates brillando cuando ella me miró.

Daddy Best FriendsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora