𝑇𝑜𝑦 𝐷𝑢𝑐𝑘𝑙𝑖𝑛𝑔. | 𝐿𝑢𝑐𝑘𝑖𝑡𝑦

4. 𝑁𝑜 𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑒𝑠

|Arte de @PockyTea_en twitter|

Capítulo 4 "Migajas"

El calor de la habitación se mantenía escuchándose los leves gemidos que sacaban ambos cuerpo; por el de plumas doradas, suspiraba sintiendo los roces candentes del hombre de cabellera castaña, habían estado así un buen rato, Luzu no quería sobrepasarse, pero una mordedura en el cuello ajeno sería su único delito que cometería en el menor. Marcó con esa perfecta dentadura en el cuello ajeno, entre los momentos se robaba dulces besos con el azabache que mantenía su vista perdida entre jadeos ahogados que su boca soltaba.
Luzu estaba dispuesto a satisfacerse así mismo, pero tampoco abusaría del menor, no era un puto monstruo de tal nivel, sabiendo las condiciones de su contrario.
Admiró la belleza que mantenía el cuerpo contrario, las prendas desarregladas de este por la propia culpa del castaño.

-Hermoso...simplemente hermoso.- Mencionó acariciando con admiración el cuerpo ajeno, su trofeo digno de cuidar.
Unos toques a su puerta le interrumpieron de cualquier prosiguiente acto impuro que sobrepasaría; una voz le llamaba.

-Señor alcalde...Su rutina debe empezar ya.- Le recordaron, a decir verdad, él de hebras castañas odiaba el trabajo a gran exceso, pero apesar de ello lo tenía merecido por haber descuidado su puesto por demasiado tiempo.

-En un segundo voy.- Afirmó su salida acomodando sus prendas que lo mantenían como el alcalde formal y responsable que era para el pueblo. Nadie sospechaba de las grandes atrocidades que había hecho en sus días anteriores, sino fuera por su imagen tan firme ante las situaciones que le pasaban al pueblo. Al fin y al cabo solo era una figura pública. -Quackity...quédate aquí, no sigas a nadie que no sea yo.- Acaricio por última vez esa mejilla pálida del mencionado, adoraba el rostro ligeramente perdido del menor, su codiciado tesoro, lo debía mantener a salvó de los rufianes que quienes querían robarle, su hermoso oro. [si,español tenía que ser.]

El europeo se retiró de la habitación dispuesto a volver a la alcaldía para la gran jornada de papeleos que debía atender, era claro que su trabajo requería todo su tiempo libre. Su mente paso un segundo la idea de llevar consigo al menos para no quitarle un ojo alguno.

-Asistente, arreglalo para llevarlo a la alcaldía.- Se refirió al inconciente cuerpo que se mantenía en su dormitorio, vio al de capucha seguir sus instrucciones. -Los espero afuera.
Cerró la puerta, dispuesto a esperar a los dos hombres, una vez que espero vio a los dos salir. -Quackity, vamos, sígueme.- Habló tranquilo luzu, el contrario le seguía sin rechistar alguno, se mantenía callado caminando viendo su caminar solamente, el de túnica solo le seguía controlando la zona.

No había más, Luzu llevaría su juguete a todos lados, después de todo era su juguete favorito. La nieve caía por doquier y era de su agrado que las heladas temperaturas le servirían de excusa para compartir un chocolate caliente con el azabache, internamente emocionado de pasar la noche junto a este.

De otro lado un castaño de sudadera blanca continuaba avanzando hacia el bosque por busqueda de materiales y animales para su hogar, un extraño campamento le saco de su búsqueda al ver que esté solo estaba rodeado de nieve.

-Espera, ¿Qué demonios?-
El híbrido de oso miro la extraña construcción mirando a los semejantes de su amigo pato; estos estaban abrazados para mantenerse en calor. Al confirmar todo esto intentó despertar a los mayores para saber de su estado, el azabache fue el primero en despertar reconocíendo al animal.

[...]

El oso grizzly ofreció un poco de café a los dos parientes de su amigo, mirando a ambos que tomaban de las tazas ofrecidas, se sentó en uno de sus sofás. Continuaría buscando una respuesta del porqué estos se habían mantenido durmiendo en el bosque con las bajas temperaturas.