6. 𝑇𝑒 𝑜𝑑𝑖𝑜 𝑡𝑎𝑛𝑡𝑜.

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Capítulo 6 "Te odio tanto, que solo quiero disparar."

La ave azabache se posó encima de la alcaldía mirando el paisaje que le regalaba el hermoso pueblo de Karmaland, parecía tranquilo después de todo lo que había transcurrido días anteriores ya era parte del pasado del pueblo.
No iba a negarse que había observado todo desde la lejanía y del comportamiento que había tenido el reciente alcalde después de todo, revolucionista e igual un líder que anhelaba el puesto del castaño, todo por el simple poder...
Era obvio, pero una idiotez; después de todo el de rastas ahora debía meterse para confirmar si Luzu ahora era un peligro, ya había confirmado con Quackity; solo faltaba él. Paso los minutos admirando, pero unos gritos le sacaron de sus pensamiento, gritos del castaño que solamente iban para el azabache que estaba de pie con una bandeja, adentro de esta estaba una taza de café tirada en la alfombra de la oficina del gobernante.

-¡Limpia esto, rápido!- Ordenó el de ojos rojizos al otro que se encontraba en la oficina. Era clara la escena, a Quackity se le había ordenado preparar un café para Luzu, pero este en un solo descuido derramó el líquido en la camiseta del hombre. Simple accidente, pero para el castaño indicaba que la marioneta estaba empezando a tener defectos en su cuerpo malgastado.
Sapopeta notó esto, el cuerpo de Quackity se mantenía entre mordeduras, chupetones y claro algunos moretones, simplemente el cuerpo del menor parecía fatal para tan siquiera seguir caminando, pero su pregunta era...¿Cómo Quackity seguía en pie?; algo que a simple vista debía analizar con tiempo y ver cómo transcurría la situación; después de todo iba estar vigilando al vestimentas rojizas.

El castaño limpio sus ropas para conseguir que se llegarán a secar rápido, su vista era ver el desastroso cuerpo del azabache en el piso debido que este a duras penas lograría levantarse. Medito esto llegando al punto de pelear consigo mismo si era bueno seguir con lo que hacía; Sus pensamientos solo le aclaraban el odio que tenía en contra del latino, ese odio que se volvía siempre amor para las situaciones como estás.

-No estoy enojado.- mintió tomando el rostro del menor dando caricias en las mejillas ajenas. -Pero eres un completo imbécil.- Susurró golpeandole en la cara, alejándose del cuerpo.
Quien lo diría, después de todo ya había pasado días, semanas incluso de que el castaño tuviera a su juguete para su cómoda diversión, no traía consigo la suerte de ser correspondido en sus amores, pero al menos está vez pudo lograr tener al suyo a la fuerza. ¿Lo valía no?; Cada cosa tenía un balance e un precio, Luzu lo reconocía por estar manteniendo bajo su mano al híbrido de pato.

Dolores de cabeza y hasta en algunos casos tos que llegaban a sacar un poco de la sangre proveniente del castaño, no importaba después de todo; si moriría sería a lado de su tierno pato, ¿No?. Quitó sus guantes observando la gran marca negra que le crecía entre sus manos por obra del hechizo que siempre utilizaba para manejar en el azabache, su momento fue interrumpido cuando se sentó en su escritorio viendo a sus secuaces entrar a su oficina con la familia del pato.
Una agradable sorpresa después de todo, al menos para él.

-Señor, descubrimos que estos dos estaban husmeando en toda la alcaldía bajo uniformes oficiales.- Hablo el asistente bajando la capa que escondían los rostros de los menores. Una agradable sorpresa, pero ciertamente ya había notado la presencia de estos, más no esperaban que fueran los parientes del híbrido, una sorpresa muy grande.

-Muy bien; ¿Ustedes fueron en dónde metieron sus narices en dónde no les llamaban eh?- Cuestionó volviendo a portar sus guantes que cubría sus marcas, una mirada entre si se dieron los hermanos, eso comprobó sus dudas. -Asistente...yo me encargo de ellos.- Afirmó, el mencionado solo obedeció saliendo del lugar.
De un cerrar a otro Beni y cochi se quitaron las tunicas dirigiéndose al cuerpo inconsciente de su primo, cuerpo que solo les mantenía viendo como si fuera un defectuoso muñeco sin baterías; luzu observó esto con atención con una sonrisa. -Disculpen, pero no creó que vayan a meter a my Toy duckling en esto.- Habló haciendo que el azabache se levantará como si nada, aunque las piernas de este temblarán, aún así acotaba la orden de su mayor retirándose de la oficina esperando nuevas instrucciones.

𝑇𝑜𝑦 𝐷𝑢𝑐𝑘𝑙𝑖𝑛𝑔. | 𝐿𝑢𝑐𝑘𝑖𝑡𝑦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora