XIII

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Adam

Cuando Emma se fue esperé por un momento hasta que se me bajara la erección, me puse hablar con los chicos hasta que alguien apareció.

—No creo que sea necesario preguntarte como te encuentras —dijo Nick cuando se acercó Nat.

—No hables tan fuerte me siento mal —dijo ella al llevarse la mano en la cabeza—, siento como si mi cerebro se quiere salir de mi cráneo.

—Eso te pasa por no controlarte cuando bebes.

—Quiero irme a mi casa —dijo Nat al sentarse en un catre.

—¿Quieres que te lleve? —Pregunté.

—Sí, por favor.

Salí de la piscina, por fortuna ya no me encontraba como antes. Nat se puso unos shorts y una camisa encima de su traje de baño, y aguardo algunas cosas en una bolsa, mientras que yo me secaba con una toalla antes de vestirme.

—Adam, ¿Cuánto has tomado? —Preguntó Nick al acercarse a mí.

—Nada, ¿Por qué? —conteste confundido, no sé a qué quería llegar con eso.

—Para prestarte la camioneta, no creo que sea buena idea que te lleves a Nat así, aunque ahora se ve mejor que hace rato —Nick me extiende las llaves.

—Okay —dije al agarrar las llaves—, no creo tardarme.

Cuando Nat ya estaba lista salimos de la casa, tenía esperanza de encontrarme con Emma, pero no fue así, no tenía idea si se había arrepentido de lo que sucedió en la piscina, esperaba que no hubiera sido así.

—Ya no vuelvo a tomar en mi vida —dijo Nat al subirse a la camioneta.

—Todos decimos lo mismo y nunca lo cumplimos —dije al encender el vehículo.

—Pero esta vez lo voy a cumplir.

—Como digas.

—¿A qué hora llegaste a la casa?

—No sé, no llevo aquí mucho tiempo, tal vez como una hora, me dijeron que te habías puesto mal.

—Sí, no recuerdo mucho, solo que estaba jugando a la lotería y de ahí solo sé que estaba en una cama, lo bueno que no fue desnuda.

—Nat, sabes que no te tienes que poner así, en esta ocasión estabas con personas que conoces, ¿Qué hubiera pasado si no hubiera sido así? —dije, la volteé a ver de reojo, pude notar como inflo las mejillas de molestia, sabía que en ocasiones Nat tenía problemas con el alcohol, era algo que no me gustaba.

—Hace tiempo que no me había puesto así.

—¿Vas a ir en la noche con los chicos? —Cambie de tema al notar lo molesta que estaba por el tono de voz.

—No tengo idea, si me siento mejor voy —contestó soltando un suspiro—. Te prometo que no voy a tomar.

—Bien, si vas me mandas mensaje —dije al momento de estacionarme afuera de su casa.

—Vale.

Nat se acercó a mí con intención de darme un beso, pero yo me aleje, ella frunció el entrecejo.

—Tranquilo, que no he vomitado —dijo un poco molesta.

—No es eso, solo que no me he lavado los dientes —miento.

—No sé desde cuando te molesta eso, pero tampoco te voy a obligar.

Nat tomó sus cosas, se bajó y cerró la puerta de un golpe, era notorio que se había enojado. Después de lo que había pasado con Emma no me daba ganas de besar a Nat.

TRES MESESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora