𝗦𝗧𝗔𝗬 | JJK AU NSFW

Capuccino - NSFW

𝑈𝑛𝑎 𝑑𝑖𝑠𝑐𝑢𝑙𝑝𝑎 𝑝𝑜𝑟 𝑙𝑜𝑠 𝑒𝑟𝑟𝑜𝑟𝑒𝑠 𝑜𝑟𝑡𝑜𝑔𝑟á𝑓𝑖𝑐𝑜𝑠

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Tus ojos se abrieron pesadamente. La ventana estaba cubierta por una pesada cortina, pero aún así se colaban unos tenues rayos solares. Pensaste que debía de ser todavía temprano en la mañana, hora de despertarse. De pronto notaste que no estabas en tu cama y a tu mente le costó un par de segundos recordar lo que había pasado la noche anterior, lo que te hizo sonrojar enseguida.

Comenzaste a incorporarte y no tardaste en ver que tu ropa estaba colocada sobre un sofá cercano. Al lado de tu vestido encontraste una camiseta color azul cielo de la talla de Nanami. Todo colocado por él para que pudieras ponerte lo que quisieras. Decidiste ponerte tus bragas y encima la camiseta, luego fuiste al baño a atender tus necesidades básicas y cuando te viste en el espejo, notaste que tu cabello estaba echo un lío, al igual que tu maquillaje. Trataste de quitarte el maquillaje con lo que tenías a la mano, al igual que tu pelo.

Cuando saliste a la sala, pudiste ver a Nanami muy ocupado en la cocina, estaba dándote la espalda. Te acercaste poco a poco, sin hacer ruido, solo mirándolo. Ya tenía puestos unos pantalones azul oscuro y una camisa. De alguna manera esa vista era digna de admirar, como se admira una puesta de sol o paisaje hermoso.

"¿Qué tanto miras?" Nanami dijo en tono burlón, ya que te había escuchado caminar. Se dio media vuelta y colocó frente a ti un plato con huevo revuelto, panqueques y un par de salchichas. "Hice el desayuno. Buenos días, preciosa." Limpió sus manos con un trapito que había ahí y se inclinó sobre el mesón para darte un beso suave, que te dejó mareada.

"Solo admiraba la vista." Confesaste, tomando lugar en una periquera. Nanami no tardó en colocar su plato al lado del tuyo y un par tazas para los dos. Se notaba muy animado. "No sabía como te gusta el café, así que lo hice un poco más suave de lo normal. Pero espero que te guste, es de prensa francesa."

"Me gusta el café negro por la mañana, muy fuerte y sin azúcar. Por la tarde un capuchino, pero si es antes de las cinco, puedo tomar un expreso." Enlistaste, lo que le hizo sonreír a él. "Anotado." Comenzaste a probar el desayuno y le dejaste saber que estaba muy bueno ¿por qué todo lo que hace ese hombre lo hace bien? Comenzaste a percibir un segundo delicioso aroma, ligeramente cítrico, amaderado y masculino.

"Hueles muy bien." Él se sonrojó un poco. "Tomé una ducha más temprano."

"¿Y por qué no me invitaste?" Usualmente no eras tan directa con los hombres, pero él sacaba un lado de ti que no habías visto antes. Nanami arqueó una ceja. "¿Hubieras querido venir conmigo?"

"Claro que sí." Le diste un trago a tu café. Estaba suave como él había dicho, pero de todas formas estaba sabroso. "Te veías tan dormida que no quise despertarte cuando fui al gimnasio." Aquello te sorprendió un poco.

"¿A qué hora fue eso?" Te limpiaste la boca con una servilleta. "Mmm... Eran las cinco de la mañana." Abriste bien los ojos.

"Olvídalo, no me hubiera despertado." Él soltó una carcajada. El sonido de su risa era increíble. "Por cierto, ¿qué hora es?"

"Deben de ser poco más de las siete." Eso te alarmó. "¿Qué? ¡Voy a llegar tarde!" Te metiste un buen bocado a la boca. "Tengo que ir a mi departamento a tomar un baño, arreglarme y luego salir a la oficina." Comenzaste a enunciar con la boca llena, lo que le causó gracia.

"Puedes llegar un poco tarde, seguro a tu jefe no le importará." Bromeó un poco, comiendo sin ninguna preocupación. Pusiste cara de pocos amigos, lo que le hizo reír un poco. Acto seguido, tomó la silla donde estabas sentada y te atrajo un poco más a él, lo que te destanteó un segundo. Él no dijo nada más, solo te mostró una sonrisa inocente y con ello seguiste desayunando.