Coffee

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𝑈𝑛𝑎 𝑑𝑖𝑠𝑐𝑢𝑙𝑝𝑎 𝑝𝑜𝑟 𝑙𝑜𝑠 𝑒𝑟𝑟𝑜𝑟𝑒𝑠 𝑜𝑟𝑡𝑜𝑔𝑟á𝑓𝑖𝑐𝑜𝑠

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"Perfecto, muchas gracias." Indicaste al terminar la sesión, con el equipo poniéndose de pie después de haber revisado los resultados de la primera campaña de marketing digital que habías hecho como directora de marketing en la editorial.

El equipo aplaudió y comenzó a levantarse para dirigirse a sus cubículos, mientras que te acercaste a tu asistente. "Necesito el reporte final para la tarde, ¿sí? Aún necesito sumar información antes de ir con el VP Comercial" Le pediste con una sonrisa, a lo que la muchacha asintió antes de cerrar su computadora y retirarse a su escritorio cerca del tuyo.

Tomaste una bocanada de aire y desabrochaste levemente el cuello de tu blusa. Era el final de tu segundo mes como directora de marketing en una de las editoriales más importantes de la ciudad. Claro que estabas contenta de trabajar en ese lugar, pero en un rincón de tu mente permanecía ese miedo a no ser lo suficiente, a que alguien descubriera que en realidad eras un fracaso. Por eso mismo cerrar con broche de oro tu campaña era más que importante, necesitabas que el VP Comercial diera su visto bueno tu primer trabajo.

Al principio no comprendías porqué tendrías que rendir cuentas directamente al VP Comercial, pero pronto entendiste que ese era solo el puesto que se leía en la puerta de su oficina. Nanami Kento fungía más bien como CEO y como director general. Había heredado el puesto de su padre luego de su retiro y Nanami no dejaba nada al aire, le gustaba que todos los directores le reportaran directamente para enterarse de todo sin triangulación de información.

La idea de que al día siguiente tendrías que subir por el elevador privado a su piso, te ponía extremadamente nerviosa. ¿Y si de pronto olvidabas todo? ¿O si él consideraba que los resultados no eran suficientes? Estarías de nueva cuenta desempleada y con la renta del departamento aún sin pagar.

Saliste de la sala de juntas en dirección al baño, para vacíar tu vejiga que siempre se reducía cuando tu cuerpo se volvía un manojo de nervios. Incluso aprovechaste para mojarte un poco el rostro y después de asegurarte de que estabas presentable, saliste de nueva cuenta al pasillo. Estabas a punto de dar vuelta para ir a tu oficina, cuando las puertas del elevador se abrieron y alguien salió de este. El pasillo de los sanitarios y el ascensor principal estaban uno al lado del otro, por lo que no te dio tiempo de frenar cuando viste a alguien.

Solo alcanzaste a cerrar los ojos para prepararte para el impacto y enseguida sentiste un líquido caliente en tu pecho. "¡Maldición" Una voz grave y masculina vocífero. Alzaste la mirada y para tu horror, te diste cuenta de que habías chocado contra Nanami Kento, el Vicepresidente Comercial de la compañía, tu jefe.

"¡Ay, no!" Gritaste también. "Cuánto lo siento, mil disculpas." No sabías que hacer, a qué hoyo meterte. Sentías todas las miradas sobre de ti. "¡Déjeme ayudarlo!" Y corriste al baño para tomar varias toallitas de papel y poder ayudarle a secarse. "Lo siento, tanto... No lo vi." Comenzaste a decir mientras que tratabas por todos los medios de secar el café derramado en la camisa de tu jefe, mientras que rehuías su mirada.

Kento, por otro lado estaba sorprendido. Claro que el café caliente no se sentía bien, pero por un segundo se quedó perplejo mientras que tratabas de arreglar la situación. La camisa ya no tenía remedio, pero no había problema, podría cambiarse en su oficina.

"Déjelo así, señorita." Dijo con voz severa. Tus manos se quedaron totalmente quietas y fue entonces que pudiste dirigirle una mirada. Claramente no estaba contento, y tú sentías tu cuerpo arder, pero no sabías si era por la vergüenza o por el café caliente. Los ojos de Nanami bajaron y se dio cuenta que quién estaba en un peor predicamento eras tú.

"Busque algo con lo que cubrirse." Se inclinó un poco y dijo en voz baja, para evitar que el espectáculo se hiciera más grande. Miraste tu pecho y notaste que el café había trasparentado totalmente tu blusa blanca y dejaba a la vista tu sostén. "Maldita sea." Chillaste, cruzándote de brazos y acalorándote más.

Esa era la segunda vez que veías en persona a Nanami Kento y ya sabía perfectamente que tipo de ropa interior usabas.

"Con permiso." Indicó mientras que caminaba rumbo a las escaleras de emergencia. Tú te quedaste helada ahí, dándote cuenta por fin que todo el piso había visto lo sucedido.

"¡T/N!" Escuchaste una voz familiar gritar tu nombre. Zulema, tu mejor amiga iba corriendo hasta ti, llevando su saco consigo. Hábilmente te lo pusiste, no sin comenzar a mirar de vuelta a todos, con la intención de que volvieran a trabajar y al menos algunos lo hicieron. "Vaya forma de cagarla, eh."

Zulema tenía la posición de directora creativa, estaba en la misma área que tú y ella se encargaba de desarrollar la mayoría de las campañas de publicidad que podían hacerse sin necesidad de una agencia. De hecho, ella te contó de tu posición en cuanto se liberó.

"¿Y qué demonios hacía él aquí?" Preguntaste más bien al universo, mientras que caminaban a tu oficina. "Bueno, a veces su elevador privado se avería. Este es el último piso al que llega el elevador principal, es más fácil llegar aquí y luego subir dos pisos a su oficina."

Te sentaste en tu silla mientras que Zulema cerraba la puerta de la oficina y bajaba las persianas para dejar de estar a la vista de todo el piso. Tuviste que girar la silla para tener algo de privacidad y te quitaste la blusa mojada para luego colocarte el saco cerrado encima.

"Mañana tengo que ir con él a presentarle los resultados de mi primera campaña." Te quejaste con tu mejor amiga, aunque ella lo sabía. Estaba en la sesión que acababa de terminar. "Seguro mañana me pone de patitas en la calle."

"Ey, no digas eso." Musitó, sentándose frente a ti. "No fue tu culpa que chocaras con él." Tú te querías morir en ese momento. "Seguro se le olvidó todo cuando te vio las tetas."

"¡Zulema!" Gritaste su nombre y le arrojaste lo primero que tenías cerca, un bloc de notas adhesivas, mientras que ella se reía a carcajadas. "¿Sabes? Vete de aquí, no te quiero ver." Te escuchabas sumamente ofendida, pero ella seguía riendo. "Shú. Tengo muchas cosas que hacer."

Terminaste por correrla de tu oficina y volviste a sentarte, soltando el aire con fuerza.

"Por su puesto, con mi suerte de mierda me tenía que pasar esto." Dijiste para ti misma, cubriendo tu rostro con ambas manos.


𝗦𝗧𝗔𝗬 | JJK AU NSFWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora