𝗦𝗧𝗔𝗬 | JJK AU NSFW

Whispers

N de la A: ¡FELIZ AÑO NUEVO!

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Se sintió extraño volver a la oficina a continuar con el trabajo. Al llegar al edificio tuvieron que soltarse de las manos y poner algo de distancia entre ambos, cuando no era lo que querían. Uno miraba al otro de forma insistente, pensando en lo que habían hecho unos minutos antes cuando estuvieron a solas en el callejón.

De vuelta en tu oficina tuviste que volverte a concentrar en la presentación que tendrías que preparar para mañana. Afortunadamente tu asistente Lily estuvo contigo casi toda la tarde, más que dispuesta a ayudarte.

Decidiste ir temprano a casa, porque sabías bien que de todas formas le dedicarías otro par de horas a trabajar una vez que llegaras. Lo que hiciste al llegar fue hacerte un poco de té mientras que te concentrabas en tu computador.

Pensar en que tendrías que ir nuevamente con Nanami para hablarle de tu propuesta, te ponía un poco nerviosa. Seguía siendo tu jefe, aparte de ser tu... ¿novio? No, no eran pareja. ¿Amigos con derechos? ¿Jefe con derechos?

Vaya, que lío.

Tomaste tu teléfono celular y miraste su nombre en tus contactos. Querías hablar con él, saber qué estaba haciendo. ¿Estaría en su casa o seguiría en la oficina? Decidiste mandarle un mensaje.

TÚ:

Hola, soy yo. :)

Nanami estaba apenas entrando en su departamento cuando escuchó el pitido en su teléfono. Estaba cansado y no quería ocuparse, pero lo alzó por inercia. Sus cejas se alzaron ligeramente y las comisura de sus labios se curvearon. Por fin, por fin tenía tu número.

NANAMI KENTO:

Hola, T/N. ¿Qué tal tu noche?

En cuanto viste su notificación, sentiste tu corazón latir mucho más rápido.

TÚ:

Aburrida, estoy terminando unas cosas del trabajo.

NANAMI KENTO:

Eso es horrible, tu jefe debe de pagarte horas extras.

TÚ:

Mañana tengo una reunión con él, se lo mencionaré.

¿Y tú cómo estás?

NANAMI KENTO:

Llegando a casa, trabajé hasta tarde.

TÚ:

Uy, espero que te paguen horas extras.

Nanami rio ligeramente con tu mensaje. Se quedó mirando la conversación y no se lo pensó demasiado.

NANAMI KENTO:

Quiero invitarte a salir mañana.

TÚ:

Mañana es martes, ¿no importa?

NANAMI KENTO:

No.

Lo que importa es que quiero verte.

Sonreíste al leer sus palabras. Te sentías de quince años otra vez, ilusionándote por un flirteo por mensaje.