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—Mantente donde pueda verte—le ordenó Cole a Samuel deteniéndolo mientras bajaban las escaleras—donde pueda verte Carla o Peter, no te quedes solo con nadie que no conozcas—añadió y Samuel asintió algo confundido.
—¡Y aquí están!—canturreó Carla agarrando a Samuel para presentarlo—El pequeño Samuel, di hola, cariño!
—Parece una nena—se burló Jen, la mayor de los hijos de Simon, el Hermano de Carla.
Jen estiró la mano para tocar a Samuel pero fue alejado por Cole, quien lo puso tras de sí.
—Pero miren quién es—exclamó Simon—mein Herr Shwarz...¡cómo sea que se pronuncie!
Carla palideció.
Cole lo miró en silencio por un par de segundos.
—¿Alguna vez te has preguntado cómo se siente que te extraigan las muelas con un alicate, Simon?—cuestionó Cole, retórico.
La sonrisa de Simon se desmoronó un poco.
—¡Qué bromas las tuyas, chico!—rió nervioso tratando de deshacerse de la tensión—¿porqué no comemos?—se dirigió a Carla, quien asintió dejándo que los demás se instalaran.
El ambiente estaba animado. Más conocidos de Carla y de Peter habían aparecido. Había música, comida por todas partes y unas espantosas luces parpadeantes de colores en el techo. Era la combinación perfecta para que Cole quisiera que la tierra se abriera y se tragara la casa, con todos adentro.
—Tu cicatriz se ve más grande—escuchó a su izquierda. Era Richie, gemelo de Fred. También hijos de Simon y las creaturas mas desagradables y sucias que existían. Después de Jen, claro.
—Sí, así es. Se ha ensanchado—reconoció Cole—de hecho, en algún punto se va a abrir de nuevo, mi rostro se partirá en dos y crecerán dientes afilados en los bordes de la herida. Me dará hambre e iré a tu casa, a comerme tu cara.
Richie miró a Cole con desconcierto. Sabía que solo eran tonterías para asustarlo. Pero lo decía de tal forma que realmente, daba miedo. Como lo que le dijo a su padre. Parecía que hablaba en serio. Hace años ya que a Richie y sus hermanos Cole se les hacía intimidante.
—Bueno, Jen tiene razón—dijo Richie para intentar burlarse de alguna forma—tu nuevo hermanito parece una niña, una princesita que ruega por que nos la follemos.
Cole lo acorraló contra el mesón de la cocina. Se acercó a la mejilla de Richie y la lamió.
—Intenta si quiera acercarte a él—habló amenazante—y te cortaré el pito y bolas incluídas.
Cole lo soltó y buscó a Samuel entre la gente. Lo vio y a su lado vio a Jen, molestándolo.
Caminó despacio hasta quedar detrás de ella. Samuel intercaló miradas entre ambos hasta que Jen se dio la vuelta para encontrarse con el ceño fruncido de Cole.
No hizo falta que Cole hablara. Jen se alejó tan rápido como pudo de ellos.
—Entiendo que los conoces mejor que yo—dijo Samuel un poco bajo, por lo que Cole se agachó para que pudiera hablarle al oído—pero puedes decirme porqué no los quieres cerca? al menos para entender.
Cole tomó la pequeña mano y se dirigió al cuarto de Samuel. Las luces y el ruido estaban afectando sus sentidos.
Habían dos tipas cambiándole el pañal a un bebé, así que Cole se dirigió a su cuarto. Abrió la puerta y entraron. Tomó un respiro, estaba comenzando a sentirse abrumado.
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WRATH
Non-Fiction-En mi zapato hay dos dagas, si ninguna te alcanza, sobrevivirás, pero si lo hace, esta noche contemplarás el fin del mundo...conmigo-