Capítulo 3 "¡Que! ¿Por qué yo?"

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Narra jack

—Jack lo que pasa es que yo y tu padre hemos sido invitados a una fiesta de reyes en el reino vecino... —comenzó a decir mi madre.

—¿Y eso a mi me tiene que importar porqué...? —pregunté interrumpiendola.

—Jack deja que tu madre hable —me regaño mi padre.

—Bien ¿Que decías mamá?  —pregunté con sarcasmo.

—Como no podemos dejar a Isabela sola, tu te quedarás con ella una semana mientras nosotros vamos a la fiesta —dijo mirándome fijamente a los ojos.

—¡¿Que?! —grité— ¡¿Por que yo?! —pregunté eufórico ¿Que no tienen suficiente habiéndome quitado el móvil? Ahora quieren que cuide a mi hermana... Genial *sarcasmo*

—¡Porque eres su hermano y por que yo lo digo! —gritó mi madre con enojo.

—Jack no seas así por favor —dijo mi padre mirándome firme. Aquí mi mama es la que manda... debería ser lo contrario, pero acá mi mama manda y mi papa... Bueno, es mi papá.

—Pero yo tenia que salir con unos amigos  —dije refiriéndome a la fiesta que tenia mañana en la noche con mis amigos (Obviamente fiesta privada)

—Lamento mucho eso, pero no podrás ir ¿Entendido? —dijo mi madre calmándose un poco y con un tono de vos mas compasivo.

Narrador (Normal)

Mientras hablaban, Isabella bajaba las escaleras saltando feliz a decirle a su madre que estaba lista para que le fuera a dar las buenas noches (Como siempre lo hacía)

—Bien... bien, pero no entiendo por que tengo que cuidar a esa malcriada que... —comenzó a decir jack.

—No trates a si a tu hermana —dijeron los reyes al unísono.

Mientras discutían isabella había escuchado todo lo que hablaban y comenzó a sentirse mal y llorar, con cada palabra pronunciada por su hermano hacia que mas lagrimas bañaran sus mejillas rosadas.

—¡¿Que no la trate como?! ¡Es la verdad! ¡Me gustaría ser hijo único! —gritó jack enojado.

—Es tu hermana jack, tu deber es cuidarla ¿No entiendes eso? —pregunto el Rey molesto.

—¡No puedes hablar asi de ella! —gritó la reina molesta.

En eso Isabella ya no aguanto mas, no soportaba que discutieran por culpa de ella o al menos ella creía que era culpa de ella...

—¿Jack por qué no me quieres?  —preguntó apareciendo en el salón, con lagrimas en sus ojos.

—Isabella... no es eso, es que...  —comenzó a decir jack acercándose a ella.

—¡Ya déjame! —gritó Isabella antes de salir a correr a su cuarto con lagrimas cayendo por sus ojos.

—¿No ves lo que provocas?  —preguntó la reina enojada mirando a su hijo antes de salir tras isabella.

—Papa... ¿Tu crees que fui muy pesado?

—Hijo solo tiene ocho años, es una niña ¿Que crees? —dijo el rey mirando a su hijo con decepción.

—Pero yo no quería decir eso...  —dijo jack poniendo sus manos en la cara.

—Yo no se que querías decir de verdad, pero yo y tu mama nos vamos mañana así que mejor habla con ella... —dijo el Rey sentándose en el sillón y dando palmadas al puesto del lado para que jack se sentara a su lado.

—Pero ¿Que le puedo decir?  —preguntó jack sentándose al lado de su padre y poniendo sus manos en su cabeza.

—No lo se, tienes que ver que le puedes decir jack, como pedirle disculpas y hacerle ver que si la quieres... —dijo su padre con cansancio, a esta hora normalmente ya estaba dormido.

—Pero... —dijo jack, pero su padre ya estaba dormido en el sillón. Había tenido un día duro de trabajo por el Reino... —buenas noches papa... - dijo dándole un beso en la frente y tapándolo con una manta que estaba doblada sobre la mesa de al lado.

Narra jack

¿Que voy a hacer? esta demasiado enojada conmigo, dije cosas horribles, es mi hermana y la amo, encontraré la forma de compensarlo, pero mañana, porque dudo que ahora quiera verme... ¿Por qué soy tan estúpido?

—¡Au! —me queje, estaba subiendo las escaleras y me había golpeado la cabeza, mi estupidez claramente no tiene limites. Seguí subiendo y escuche sollozos provenientes de la habitación de Isabella... Sep, claramente eso me hace sentir mejor... *Noten el sarcasmo*

Narrador

Isabella lloraba sin parar preguntándose cosas como: ¿Por qué no me quiere? ¿Le hice algo?  Y cada vez que se lo preguntaba no encontraba respuesta y eso aumentaba su pena a niveles muy altos. La pequeña lloro y lloro, hasta que se durmió y paro de llorar, pero aún así, aunque estuviera durmiendo, se notaba en su expresión al dormir que estaba triste... Demasiado triste.

Continuara...







El príncipe y la campesina -Jelsa (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora