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-Capitulo 2-

Bajando a trompicones del avión Lewandoski inspira profundamente tratando de mantener la calma y tomarse un pequeño tiempo para el, despues de todo pasar 5 horas en un espacio cerrado junto a sus dos inquietas hijas no fue tarea fácil para el, ni su paciencia.

Klara se la pasaba corriendo de un lado del avión a otro tocando y agarrando todo lo que sus ojos veían y lo que su pequeña altura le permitía, aunque siempre la regañaba y la obligaba a devolver las cosas a su sitio la cachorra insistía en tentar la paciencia de su padre y de las azafatas, por otro lado su bebé Laura no dejaba de llorar debido al sonido que hacía el avión, así que trataba de mantenerla siempre alzada en sus brazos paseando, arrullandola y soltando su aroma a tarta de limón, pero parecía que nada la calmaba y eso lo hacía ponerse todavía más ansioso, cuando el omega estaba casi al borde de las lagrimas, completamente desesperado, una azafata se acercó a él para tratar de ayudarlo a calmar a la niña, el se la paso con esperanza en sus ojos y cuando la joven comenzó a soltar su aroma a vino, vio como su hija al fin se calmaba cerrando sus ojos hinchados, miro a su pequeña angustiado, pero la azafata le dio una sonrisa intentado tranquilizarlo diciéndole que la niña quizá no se calmaba por que no podía olerlo.

El omega abrió los ojos sorprendido y después los cerro comprendiendo su situación, primero su lobo desaparecía y ahora su aroma también,  estaba ya cansado de todo, solo queria irse a dormir o morirse lo primero que le llegara.

Después de haber dormido un poco, pensó que sin duda está seria una experiencia que no quiere volver a vivir, no de esta manera al menos, después de todo antes tenía a su antigua alfa para ayudarle en todo, ahora estaba solo, ni siquiera su lobo interno se levantaba para tratar de consolarlo y tampoco le contestaba cuando lo llamaba sumido en su propia depresión, por lo tanto agradecía enormemente cualquier ayuda externa.

Está completamente convencido de que si su ex-esposa quiere ver a sus cachorras tendría que volar ella hasta España, el no se arriesgaría a hacer otro viaje como esté.

-Nunca más - prometió el omega por lo bajo.

Volviendo sobre sus pasos y subiendo otra vez las escaleras el omega se dirige donde la azafata para tomar a su hija Laura dormida, mientras le da una sonrisa agradecida, está solamente asiente correspondiendo su sonrisa y deseándole suerte.
Klara en cambió corre en su dirección y rápidamente engancha su pequeña mano a la de su padre y gritando un fuerte adiós a las personas que están recogiendo y limpiando su desastre, una vez más Robert se disculpa pero la chiquilla tira de su padre hacia las escaleras bajandolas casi corriendo.

-Klara no vayas tan deprisa harás que me caiga y tengo a tu hermana en brazos- Robert exclama asustado, estuvo a punto de tropezar con sus pies y caer al suelo, ser tan alto a veces tenía sus desventajas.

- ¡Pero papá quiero ver! - grita la cachorra, mientras se suelta y camina esta vez más tranquila - me han dicho que aquí hay sevillanas y quiero verlas, papá, papi, hay que ir a verlas.

- Dudo mucho que las puedas ver ahora cariño, según se, solo salen en las fiestas- su hija hace enseguida un puchero pero comprende y continúa caminando.

Laura se remueve inquieta en sus brazos hasta que la baja, la cachorrita de 1 año da un chillido de felicidad al estar en el suelo y en seguida sigue a su hermana mayor, Klara se da la vuelta, la mira y frunce su ceño tendiéndole la mano.

- Si vas sola te vas a caer, aún eres muy pequeña y vas a hacer que papi se preocupe - Laura la sujeta y esta vez juntas, caminan con su padre siguiendolas de cerca sonriendo orgulloso, al menos todavía las tiene a ellas.

- Señor Lewandoski por aquí - exclama un señor levantando el brazo,es alto de pelo negro y huele muy fuerte es un alfa de eso está seguro, pero le sorprende escucharlo hablar en polaco, el creía que se comunicarían todo el tiempo en inglés hasta que se acostumbrara al español, no pensó que le buscarían un intérprete - disculpe la tardanza, mi nombre es Xavi Hernández un placer - dice tendiéndole la mano - soy el entrenador del FC Barcelona,-Robert abre los ojos sorprendido, nervioso le da la mano dándole un apretón firme, saludándolo también - supongo que estará cansado pero necesitamos ponernos en marcha hasta la sede del club para tomar las fotos con el presidente y para que se le pueda entregar su equipo de entrenamiento, no se preocupe por sus maletas ya las llevaron a su nueva residencia hasta que encuentre una casa a su gusto.