3. Celebraciones.

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Tras pasar un rato en los vestuarios celebrando la victoria, y dando saltos junto a Raúl, mientras Pepe cantaba a saber que cosa, comencé a tener un leve dolor de cabeza, por lo tanto fuí a sentarme, y me puse a mirar el teléfono, ninguna notificación aparte de unos mensajes de mi mejor amiga.

NAYYY🧡

+TÍA, TÍA, ENHORABUENA

- ¿pero tú no eras del Barça?

+ AY, QUE SÍ CALLA, Y SIGO ENFADADA

- PUAJAJAJAJ

+ Estoy sufriendo y pasándolo mal... Y tú ahí de fiesta seguramente

- más o menos, pero que cansancio, a ver si volvemos ya al hotel

+ No digas eso, que lo mejor de todo son las fiestas de después, no sabes la envidia que me das

- te cambio el sitio sin dudarlo, luego te hablo que ya está aquí el autobús, besos en donde tú ya sabes 💋

Guardé el teléfono en mi bolsillo sin ver si me llegó a contestar o no, fuí a coger mi mochila, rebusque por todo el vestuario, hasta que escuché un silbido. Gire para ver quién había silbado, y ahí encontré a Raúl con mi mochila en la mano, fuí hacía él y me la dió. Comenzamos a caminar tras el resto mientras íbamos hablando.

El viaje en el autobús fue entretenido, entre los cantos y las bromas se pasó rápido. Llegamos al hotel y subimos hasta nuestras habitaciones cada uno, yo la compartía con mi hermano y con Ramos, por lo tanto de que estaba llegando a la habitaciones, mi hermano me hizó un gesto con la mano para que me diera prisa, mientras Ramos se ponía a reírse por a saber que cosa.

– Mira pitufa, tienes un admirador secreto. –Dijo mi hermano mientras me mostraba un trozo de papel.

«Rubia, espero no haberme equivocado de habitación, me parece que hemos hablado demasiado poco, nos vemos en el pub de la esquina.»

– Bueno, para su suerte ahora vamos a ir ahí. –Dijo Ramos mientras entraba a la habitación.

– ¿Qué? ¿Por qué? –Pregunté mientras seguía a Ramos.

– ¡A seguir celebrando! ¿Sino por qué crees que cuando hay clásicos tardo tanto en llegar a casa? –Exclamó Íker siendo ya el último en entrar y cerrando la puerta.

– Aaaaah, bueno, sigo prefiriendo creer que es porque te quedas dándote el lote con Ramos.–Pude ver cómo el sevillano asintió levemente con la cabeza, haciéndome reír.

–  Calla ya, y duchate que te estamos esperando, señorita delicada.

Entré en el baño mientras le hacía burlas, me di una ducha rápida, porque no paraba de chillarme que me diera prisa, como siempre vamos. Salí de la ducha envuelta en una toalla para ir hacía mi parte del armario y coger mi ropa interior y un vestido negro, volví al baño y me vesti lo más rápido que pude, al cabo de un par de minutos me encontraba saliendo por la puerta seguida de mi hermano y Sergio.

– ¿Enserio vas con las zapatillas esas? –Dijo señalando mis converse negras.

– Ahm, sí, te recuerdo que no soy lo mismo de pija que tú. –Dije mientras lo señalaba ya que iba medio trajeado.

Aquellos ojos azules. // Gerard PiquéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora