7. ¿Qué somos?

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Por la mañana desperté por un beso en la cabeza de mi hermano, habíamos estado durmiendo los dos ahí, y Ramos en la cama de matrimonio, seguramente iba bastante bebido por la noche, ya que sus zapatillas estaban tiradas por la entrada y el salón.

- Oye Esther.-Dijo mi hermano llamando mi atención.- Sales y sonríes y te ríes como si no te hubiese pasado nada hace... Nada, apenas unos días.

Tenía razón, intentaba que no se mostrara en mí alguna preocupación o tristeza por lo que sucedió, supongo que no quería preocupar a nadie, pero si era cierto que me acordaba de todo lo que sucedió.

- Bueno, quizás no me afectó tanto, tampoco le dejé hacer mucho.

Dije mientras me encogia de hombros, era cierto que muchas veces me defendí cuando me insultaba o le contestaba cuando decía algo que me molestaba, o incluso cuando por las noches pasaba para cantar canciones escalofriantes, seguía diciéndole cosas, quizás debí haberme callado, pero no podía evitarlo.

- Sé que, es un tema delicado y eso, pero, sabes que vas a tener que hablar de lo que sucedió.-Asentí con la cabeza mientras lo observaba.

- Y lo estoy haciendo.-Abrió los ojos como platos cuando me escuchó.- Enserio, hay una chica muy maja, y con Nayra también, y contigo cuando tienes tiempo.

- Bueno con que una chica muy maja, ehhh. -Dijo mientrase daba un codazo.- Aunque tampoco me has dado ningún detalle de nada, me podría quejar.

- Calla, ya sabes que no voy por ese bando en estos momentos.- Me miró y alzó las cejas.- ¿Qué? Es la verdad.

- Ajá, claro, y aquel ligue que tuviste en verano... ¿Bárbara?

- ¡Dios Íker! ¡Eso es pasado! ¡Fue cuando tenía 15!

- Ya pero, ¿y el bollo drama que montaste?

Suspire al escucharlo, era cierto que hace un tiempo tuve una pareja de mi mismo género, pero fue por probar, además yo le gustaba y me daba pena...

- Eso no quiere decir que me gustara de verdad.-Rodó los ojos.

- Como digas... Pero, ahora, ¿sabes lo que te gusta?

- Sí, lo mismo que a ti.-Soltó una pequeña carcajada-.

- Entonces no has cambiado.

- Me refería a que también me gustaba Ramos, pero bueno, cada loco con su tema.

Esta vez le hice reír con la broma.

Bajamos a la cafetería a desayunar junto a otros jugadores mientras pasábamos la mañana, por la tarde habría partido, y yo, tenía que ir a animarlos.

La mañana pasó volando, y cuando menos esperaba estaba sentada en el banquillo mordiendome las uñas por los nervios mientras los jugadores del Villarreal comenzaban a acercarse amenazadoramente hacía la portería. La tensión en el banquillo y entre los espectadores se podía cortar con un cuchillo, hasta que de repente... Ramos recupera la pelota, se la pasa a Raúl, Raúl sube junto a Robben, y- perdemos el balón.

Siguió así, hasta que en el minuto 31, Robben se mueve ágilmente evitando a la defensa, se acerca a portería, y... ¡Golazo de Robben! Loa aficionados celebran y nosotros en el banquillo igual.  El partido estaba muy igualado por lo tanto no pasó mucho más y nos llevamos la victoria.

Todavía era temprano, y quedaba bastante para que comenzará el partido del Barça. Entramos en los vestuarios y me senté como en unos bancos que habían, mientras los jugadores hablaban entre ellos y otros se aseaban.

– Quillaaa, ánima esa cara, ¡que hemos ganado! – Dijo Ramos mientras se paraba en frente mía–.

– Lo séeeee.

Aquellos ojos azules. // Gerard PiquéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora