Años atrás, Jimin era un chico alegre, amistoso, desbordante de ternura y felicidad. Adoraba salir con sus amigos, en especial con Seokjin y Seojoon. Los dos eran hermanos y sus mejores amigos.
Lo tenía todo, era hijo de los reyes, vivía en el lugar más grande y hermoso de toda Mirai, el palacio. Sus padres le concedían absolutamente todos los caprichos que deseaba tener.
Cuando se presentó como Omega, a nadie le asombró, debido a su personalidad dulce y agradable, intuían que sería así desde siempre.
A él tampoco, le gustaba la idea de encontrar un Alfa con quien emparejarse y formar una linda manada. Enamorarse y formar un vínculo hermoso hasta el final de sus días, quizás no debió haber sido tan apresurado.
Tal vez no debería haberse llevado por los comentarios de Seojoon, quien le repetía cada día que debía encontrar una pareja antes de que sus padres lo obligaran a casarse con alguien que no quería.
En un principio, Jimin pensó que eso no sería posible, los reyes lo amaban y siempre le dieron su espacio y derechos para decidir que era lo que quería.
Seojoon le envenenó la cabeza con la idea de que ellos lo harían y Jimin le creyó, porque era muy inocente de mente aún, tanto él como su lobo querían sentirse protegidos y queridos.
Como siempre vió a su padre con su madre. O como los padres de Seokjin y Seojoon lo eran. No esperó lo que sucedió después. Nadie lo haría.
Seojoon le propuso algo, que se emparejara con él, era su amigo y no le haría daño alguno, siempre estuvieron juntos desde cachorros y confiaba en el Alfa.
Tal vez no debió hacerlo.
Siguiendo los consejos del Alfa, anunciaron a sus padres la desición y alegaron estar enamorados. Al principio los reyes no lograban comprenderlo, sabían que Seojoon no era un mal Alfa, pero no era la persona correcta para alguien como Jimin.
Su mirada era maliciosa y engañosa. Incluso sus propios progenitores se opusieron a aquello.
Pero Jimin se negó a dejarlo. Seojoon hizo el papel del mejor Alfa del mundo y su Omega se lo creyó. Le agradaba el aroma del chico, porque le era familiar y Jimin creyó que le gustaba él.
Dejó que lo cortejara durante dos meses. Encantó a sus padres con palabras dulces, fingiendo ser una persona cálida y perfecta para el Omega.
Y se casaron. Jimin tenía dieciocho años y Seojoon veinte. Fue más fácil de lo que creía hacerle caer por él con todas las mentiras que le dijo.
¿Quién no se enamoraría de palabras bonitas?.
Después de eso continuó luciéndose frente a todos. Tener al Omega más hermoso de todo aquel lugar era algo para vanagloriarse.
Empezó con visitas a casa de sus amigos, mostrando a Jimin a todos como si fuera una joya de la que presumir. Llevándolo a casa de Alfas prepotentes que le dedicaban miradas obscenas y asquerosas.
Jimin sólo se quedaba en silencio y sonreía para todos, tal y como Seojoon le había dicho, era su Omega y debía portarse como tal.
A medida que pasaron las semanas la verdadera actitud del Alfa salió a la luz. Le prohibió ver a sus padres, o a sus amigos, inclusive a su propio hermano Seokjin.
Lo encerró en la casa mientras él se iba a tomar con sus amigos. Jimin no pudo contarle a nadie y prefirió no hacerlo después del primer golpe.
Una noche, el Alfa llegó tomado, desprendía un asqueroso olor a alcohol y a otro Omega. Fue la primera vez que su lobo se estremeció dentro de él.
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Ice Heart⊰᯽⊱Kookmin
أدب المراهقينPark Jimin es un Omega reconocido por su fuerte carácter y su rechazo a cualquier Alfa que haya intentado cortejarlo. Sus razones nadie las conoce, aunque existen muchas teorías de por qué el príncipe no ha contraído matrimonio con un Alfa, ninguna...