━━ ·˚★༘ CARAVANA * : 𓂃
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀❛ y si el amor a primera
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀vista no existe, cómo
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀explicarían lo que les pasó
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀a ellos . . .
enzo fernández x fem!oc
modismos argentinos
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─ ★ CARAVANA
Abrió la puerta de la casa que parecía más una mansión, era hermosa y no podía dejar de mirar todos los detalles. El living estaba decorado con camisetas de fútbol enmarcadas y una repisa con trofeos y medallas, incluyendo la del mundial.
— Vení — me agarró de la mano y me llevó hasta el comedor — Pedí comida porque si cocinaba yo te iba a espantar.
— ¿Tan terrible cocinas? — pregunté y me senté donde me indicó.
— No, pero tampoco quería que comieramos milanesas en nuestra primera cita.
El corazón se me aceleró cuando dijo eso, mientras él desaparecía por la puerta de lo que parecía la cocina. Todo esto me parecía raro porque siempre que había estado con alguien había sido casual.
Volvió de la cocina con dos platos con fideos con salsa y sonreí.
— Espero que te gusten, son de mi restaurante italiano favorito — dijo dejando el plato adelante mío y él se sentó enfrente — Los tuyos son sin carne.
Morí de ternura por la aclaración, mientras hablábamos hoy en la tarde le conté que era vegetariana.
— Gracias — dije sonriendo — Le pegaste bastante, los fideos son mi comida favorita.
— ¿En serio? La mía también — dijo mientras se le formaba una sonrisa de oreja a oreja, esa que tanto me gustaba
Empezamos a comer mientras a los dos nos surgían preguntas para el otro, como si fuese una entrevista.
— ¿Y hace cuánto sos vegetariana?
— Hace como 10 años — respondí.
— Mira, eras re pendeja.
Yo asentí.
— Yo hace 10 años todavía me comía los mocos seguro.
Su comentario me hizo reír fuerte y al mismo tiempo se me cayó un fideo en el vestido.
— Ay no que pelotuda — dije sacándolo ahí no más, pero el vestido ya se había manchado — Justo hoy me puse blanco.
— Uh, que boluda — dijo él levantándose — Sacatelo que lo lavamos al toque.
Yo lo miré sonriendo — Ni lento, ni perezoso.
Cuando entendió se empezó a reír.
— Te doy ropa mal pensada — se defendió mientras iba a las escaleras — Vení nena no te quedes ahí.
Subimos y fuimos hasta su habitación, supongo. Corrió la puerta del placard y se puso a revisar los cajones, sacando una remera de River.
— Si sos de Boca te echo a la calle — avisó.
— Te habías demorado en preguntar mi cuadro — dije agarrando la remera — La verdad no miro fútbol pero mi familia es de River, así que yo también.
Él sonrió como si esa hubiese sido la única respuesta que necesitaba.
Se acercó y puso su mano en mi cintura — ¿Acaso podés ser más perfecta?
— No creo — respondí en chiste.
— Yo tampoco.
Puso sus dos manos al costado de mis caderas y me acercó más a él, mientras yo pasaba mis brazos al rededor de su cuello, tirando la camiseta al piso.
— Cada vez que te miro te volvés más lindo — dije acariciando su cara, lo que hizo que Enzo cerrara los ojos.
— No sé que me hiciste Vicky — dijo todavía con los ojos cerrados — Pero desde que te vi en la caravana no te puedo sacar de mi cabeza.
Al escuchar esto no pude evitar terminar con el poco espacio que quedaba entre nosotros. Me siguió de inmediato y encontramos el ritmo perfecto, como si nos conociéramos desde siempre.
Intensifiqué el beso poniendo una mano en su nuca, como si acercarnos más fuera posible y abrí más mi boca como dándole permiso de unir su lengua, lo que entendió perfectamente.
Bajó una de sus manos hasta mis glúteos y apretó fuerte, lo que me hizo soltar un pesado suspiro.
Sin separarnos empecé a caminar hacia la cama y cuando chocamos con esta lo hice sentarse, me separé unos segundos para acomodarme encima de él y aprovechó para comenzar a besar mi cuello.
Empecé a moverme en círculos sobre él, logrando que soltara jadeos desesperados y que mi vestido se subiera.
Enzo no desaprovechó la oportunidad para sacarmelo. Noté que se sorprendió al ver que no llevaba corpiño y me miró de arriba a abajo terminando su recorrido en mis ojos, mientras subía una mano a mi rostro para acariciarlo.
— ¿Te gusta lo que ves? — pregunté en un intento de calentarlo todavía más.
— Me encanta — respondió él, volviendo a besarme.
Su ropa ya me molestaba, por lo que le saqué la remera. Acto seguido Enzo me levanta para invertir posiciones y sacarse el pantalón y el boxer con mi ayuda.
Acaricié su abdomen marcado y envolví mis piernas al rededor de su cintura, haciendome soltar un gemido al notar lo duro que estaba.
Sacó un preservativo de su mesita de luz mientras yo me liberaba de la última prenda que nos separaba.
Abrió el pequeño paquete, sacando el forro para ponerselo en cuestión de segundos.
Se acomodó entre mis piernas pero antes de empezar jugó un poco separando mis pliegues con la punta, lo que me hizo temblar y apretar mis uñas en su espalda.
— Dale, hijo de puta — dije casi suplicando.
Escuché su risa y por fin lo sentí adentro de mi.
★★★
rip el vestido blanco de victoria
pido disculpas adelantadas por si no les gusta, es la primera vez q narro una escena sexual