Mi incapacidad finalmente había llegado a su fin. Después de la ajetreada semana que duré poniéndome al corriente haciendo trabajos desde casa, puedo decir que lo mejor es estar de vuelta en la escuela. Incluso si estar de vuelta implica recibir miradas de asombro o lástima por el pasillo mientras guardaba mis libros.
— Hola, Cassie —me saludó Sue sosteniendo algunos libros.
— Hola —la saludé mirándola rápidamente para después reenfocarme en mi tarea de guardar mis libros y sacar los de la siguiente clase.
— ¿Supiste la buena nueva? —preguntó con una sonrisa. Negué con la cabeza— Keegan Akridge está de regreso.
Sonreí y seguí con lo mío. El entrecejo de Sue se arrugaba cada vez más.
— Espera, ¿No estás emocionada? —preguntó incrédula.
— Lo estuve el viernes por la noche, cuando supe que había vuelto —confesé encogiéndome de hombros.
— ¡No serías capaz! —me riñó jugando— ¡Cassidy Reed!
Reí y cerré la puerta del casillero girándome para obtener un mejor panorama de conversación con mi amiga.
— Digamos que fui de las primeras en enterarme que estaba de vuelta.
— ¡Por dios! —dijo sin poder creerlo— ¿Lo ves? ¡Akridge está interesado en ti! Eso sin duda.
Negué con la cabeza borrando la sonrisa de mi rostro.
— No, Sue. Eso no es verdad.
Sue puso los ojos en blanco.
— ¿Por qué te ensañas en negar algo que todos vemos?
— Porque es algo que creen ver, pero no saben absolutamente nada.
— ¿Nada de qué? —preguntó— ¿De que Akridge es diferente?
Sabía perfectamente a qué se refería mi mejor amiga.
— Nada sobre nuestra complicada relación Protector-Protegida.
— Su relación no es nada como eso —desmintió.
Bufé sin dar crédito a lo que Sue estaba diciendo.
— No insistas, ¿Quieres? No somos absolutamente nada de lo que tú crees, ni lo seremos. ¿De acuerdo?
— No, no estoy de acuerdo. Cassie, ¡Mírate! ¡Por dios! ¿Cómo puedes no creer en lo que te digo? —preguntó con desesperación.
— Akridge no siente nada por mí. Un Oscuro no puede sentir amor, Sue. Es algo que está estipulado.
Sue me miró seria.
— Pero tú sí que puedes... Y sé que sientes algo especial por Keegan. ¿No has pensado siquiera en que tal vez tus sentimientos cambien esa estipulación? Hablo de que, no sabes siquiera si es algo cierto, o, ¿El mismo Akridge ya te ha afirmado que es incapaz de sentir algo? —negué con la cabeza— ¿Y bien? ¿Realmente vas a creerle a una página de internet?
— ¿Acaso piensas que es una mentira todo lo que ahí aparece? —pregunté— Además si puede o no sentir algo, a mí no me importa porque yo no siento absolutamente nada por Keegan. ¿Bien? —respondí de forma agresiva.
Sue alzó ambas manos y se encogió de hombros apretando los labios.
— Bien, solo intentaba ayudarte a aclarar tus dudas.
— Y te lo agradezco, enserio.
Sue sonrió.
— Sí, sí, bueno... es hora de ir a clase.
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En la oscuridad®
Teen FictionCassidy Reed era una adolescente de tan solo diecisiete años cuando sufrió un pequeño accidente que colmó su vida en una escalerilla de nuevas experiencias a las que pronto tuvo que enfrentarse tras enterarse del secreto más grande que el condado de...