Si me atrevo a amarte

Capítulo 9

Capítulo 9

—Fue un gusto conocerla —se despidió Gia y Alma le dio un abrazo ante la mirada atónita de Alexander, quien sacudió la cabeza con incredulidad. ¿Cómo es que a su abuela le caía bien esa pelirroja?

Después, observó como Gia se acercaba a Jimmy y le daba un billete, quien salió corriendo hacia el otro lado de la calle con una sonrisa en los labios, solo entonces ella lo invitó a subir al automóvil.

—La tienda del señor Johnson está a un par de calles, no es muy lejos —fue lo primero que dijo él cuando Gia se acomodó tras el volante—. No nos llevará mucho tiempo llegar. Le diré porque calles debe irse.

Gia asintió y cuando encendió el coche comenzó a sonar la canción Made you look de Meghan Trainor, lo que hizo que Alexander la mirara de refilón.

—Me gusta la canción —explicó ella y una media sonrisa se instaló en su rostro mientras apagaba el estéreo.

—No me diga. Como le decía, la tienda del señor Johnson no está lejos, así que, si tiene algo que decir, será mejor que empiece ahora.

Gia frunció el ceño y comenzó a seguir las instrucciones de Alexander, quien no paraba de hablar sobre el tráfico o el clima, en un intento de que ella no soltara ni media palabra, no obstante, estiró el brazo y del compartimiento del lado de su puerta sacó una tarjeta y se la tendió.

—Mi nombre ya lo sabe, como se precisa en la tarjeta soy agente artístico y pertenezco a una de las agencias más prestigiosas del país. Buscamos representar los talentos o habilidades de determinadas personas, obviamente mediante una comisión percibida por cada obra vendida. No solo nos ocupamos de las ventas de obras, sino de representar, promocionar, llegar a acuerdos, organizar eventos y orientar el desarrollo del trabajo de cada artista contratado. 

Ella soltó todo ese discurso apenas sin respirar y Alexander estuvo a punto de echarse a reír, en verdad que estaba muy interesada en contratarlo, aunque no estaba seguro del porqué, hace un tiempo, cuando le pidió una oportunidad, lo había rechazado sin dudarlo.

—Estamos muy interesados en que forme parte de nuestra agencia, hemos visto parte de su trabajo y creemos que tiene un gran potencial...

—¿Trabajo? ¿Qué trabajo? —refirió él haciéndose el desentendido.

—¡Debes estar bromeando! —el tono de Gia había dejado de ser amable y Alexander enarcó una ceja fingiéndose ofendido.

—¿Parece que estoy bromeando?

—¿A qué estás jugando?

—¿A qué juegas tú? —el tono de Alex también había dejado de ser amable, y, al parecer, ambos pasaban ya de hablarse de usted.

—Yo nunca juego tratándose de arte.

—Si tú lo dices.

Gia frenó en seco haciendo que Alex fuera impulsado hacia adelante. Menos mal que llevaba el cinturón puesto.

—¿Qué pasa con esa actitud tuya?

—¿Me lo dice la mujer que no entiende indirectas y se aparece en mi casa sin avisar como si fuera una acosadora?

—No soy ninguna acosadora, esta es una oportunidad única. Cualquiera que estuviera en tu lugar la aceptaría de inmediato.

—Bueno, yo no soy cualquiera —Alex se encogió de hombros y miró a su alrededor—. Gracias por acercarme.

Gia lo miró boquiabierta mientras él se desabrochaba el cinturón y se preparaba a bajar del auto.

—¡Aún no hemos terminado de hablar!