12 🔞

1.4K 77 0
                                    

Creo que su ciclo de celo acaba de comenzar y no me extraña, ya es la noche. Él seguía observando, cada parte de mi.

-Quitate la ropa. -me excita tanto que me ordenen. -¿no me escuchaste? Dije que te quitarás la jodida ropa que estorba. -comencé a quitarme la camisa, moviendo mis caderas lenta y sensualmente, él se relambio sus labios. -no te lo había dicho antes, pero mi camisa se te veía muy sexy.-yo sonreí, pero solo me quite la camisa.

-¿quieres que yo me quite esto o quieres quitármelo tú? -dije señalando mi ropa interior pero solo se quedó observando cada parte de mi, parece que le gustaba lo que veía. Luego de unos minutos decidí darme la vuelta para que viera la parte de atrás y después sentí sus frías manos en mi espalda y cómo dejaba besos húmedos por todo mi cuello, eso me mojaba mucho y se se me escapaban algunos gemidos.

Luego desabrocho mi brasiel y comenzó a tocar suavemente mis senos y mi abdomen, pero sin dejar de besar mi cuello y espalda. Me dio la vuelta y me observo toda y comenzó a besar mis labios lentamente, sentí como me cargaba y yo enrollé mis piernas en su cintura. Sentí como me acostaba cuidadosamente en su escritorio. El frotaba su entrepierna en mi vagina mientras me besaba, se sentía bien.

-¿no te quitarás la ropa? -dije agitada por el beso. Comenzó a quitarse los zapatos y luego desabotonar su camisa color blanca, se quitó el cinturón de su pantalón pero aún no se lo quitaba y tiró su camiseta al suelo. Comencé a sentir como sus manos iban recorriendo cada rincón de mi cuerpo. -mételo por favor, quiero sentirte dentro de mi. -dije susurrando, ya no aguantaba más, estaba muy excitada, al igual que el.

-yo lo meteré cuando yo quiera. -dijo demandante y comenzó a besarme salvajemente, me levantó del escritorio e hizo que mi abdomen se recostara en su escritorio y comenzó a dar besos en mi trasero. Escuche como se quitaba el pantalón y el sonido de cuando abres un condon.
Sentí como sobaba mi clitoris lento y metió dos dedos dentro de mi vagina. -estás jodidamente mojada. -dijo con un tono un poco orgulloso. Luego de unos minutos sentí la punta dentro de mi y fue metiendo su miembro poco a poco.

-¿ya está todo a dentro?

-esta a la mitad.

-¿¿a la mitad?? -sentía que estaba todo su pene adentro, pero no. Esto dolía pero se sentía tan bien. -mierda. -susurró, siguió metiéndolo más y más profundo, hasta que se detuvo. Comencé a sentir su miembro entrar y salir.

-¿te gusta? -me estremecí por escuchar su grave voz.

-me encanta. -mientras me penetraba, tenía una mano en mi clitoris, asiendo círculos lentamente y con su otra mano tocaba mi cintura y me daba besos por todo mi cuello. Yo tapaba mi boca con mi mano, no quiero que los guardias me escuchen gemir tan alto.

-qué te escuchen gemir, ellos... ellos saben lo que estamos asiendo, no están mirando... no te preocupes. -su voz se escuchaba entrecortada. -ademas... demostrarás que solo eres mía.

-no...no me... gusta que... leas mis... pensamientos. -senti come me dio una nalgada fuerte, yo comencé a gemir.

Estábamos asiendo mucho ruido, pero creo que eso me ponía aún más caliente.

-gime mi nombre.

-Da...Daemon. -susurre, nunca había gemido un nombre.

-¿no quieres gemirlo más alto? -me está retando.

-no.... -era lo único que podía decir. Comenzó a darme mas nalgadas, una tras otra.

-¡Daemon! -dije fuerte, no podía ver su cara pero sabía que tenía una sonrisa ganadora. Colocó sus dos manos en mi cintura y comenzó a penetrarme más fuerte.

-¡mierda! -gruñó, yo di mi último gemido antes de llegar a mi orgasmo, él siguió penetrandome hasta que lo hizo más lento. Salió de mi e hizo que me levantara y lo viera. -estás muy roja. -sonrió y comenzó a besarme. Poco después me llevo hasta el suelo y me acosto. Él se colocó otro condon y se arrodilló al frente de mi. Comenzó a sugetar mis muñecas enzima de mi cabeza con una de sus grandes manos y su mano izquierda solo tocaba delicadamente todo mi desnudo cuerpo. Daemon me estaba regalándo todo el placer. Verlo encima de mí, viendo su marcado abdomen y sus grandes y fuertes brazos, hacia que me excitara aún más.

-bésame Daemon... -me miró detenidamente. -por favor... - esas pequeñas dos palabras hicieron que me besara muy lento, hasta que el ritmo fue subiendo más y se alejó.
Comenzó a besar mi cuello, dejando pequeñas marcas de mordidas, pero no dolían, una que otra vez escuchaba alguno de sus gemidos y gruñidos.

-Esto se siente tan bien. -me susurró en el oído y metió su pene muy rápido, yo gemí. Esta vez empezó a hacerlo muy rápido y muy rudo, eso me encantaba.

Nunca pensé que llegar a un orgasmo por segunda vez en un día sería tan rapido.

-Daemon!!

-joder pequeña, esto se siente tan increible. - Liberó mis manos, las cuales inmediatamente llevé hasta su espalda,
arañándola, el gruñó fuertemente, mientras
aumentaba la velocidad de sus embestidas y alargando mi orgasmo. Trataba de recuperar la
respiración. Mis piernas temblaban como nunca antes.

Nuestra Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora