Alexandria

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Emma corría entre los árboles para que aquellos caminantes no le alcanzaran, corría sin dirección como si estuviera perdida en el tiempo el único que tenía reloj era su hermano mayor, pero ella no sabía si estaba por atardecer.

Media hora después Emma de tanto correr mira hacia atrás habiendo perdido por unos momentos, de pronto varios caminantes aparecieron en todas direcciones, comenzó a correr nuevamente, pero esta vez se tropezó con una rama después de varios kilómetros después de que comenzará a correr. Ese tropiezo hace que Emma se torciera el tobillo izquierdo, esta se intenta levantar, pero el dolor del tobillo le jodía.

No sabía dónde ir, los caminantes comenzaron a rodearla por todas las direcciones, cuando creía que era su final, ella se fija que uno de los árboles tenía una cuerda que seguramente alguien la dejo allí por accidente, de ella comenzó a subir, aunque ella no podía soportar el dolor de su tobillo. Estando arriba el árbol rápidamente desata la cuerda en cuanto uno de los caminantes comenzó a tomarlo con sus manos.

A fin de cuentas, esta chica se quedaría dormida esperando a que estos caminantes se fueran del lugar. Pronto una pesadilla comenzaría a atormentar a la pequeña Emma. Era un sueño en que ambos acampaban en mismo lugar dónde se encontraba ahora ella. Ella no se percata de lo que sucedía a su alrededor, en cuanto gira a ver a su hermano mayor se queda aterrorizada: se podía ver la cara esquelética de su hermano por que un caminante estaba devorándole la ultima carne que tenía en la cara.

Se despertaría con un grito de terror pensando que estaba con su hermano, pero el sol le pegaba en la cara haciendo que se frustrará.

–Te extraño –decía Emma en silencio.

–¿Te encuentras bien? –pregunto una persona que estaba debajo del árbol, en ese momento pensó que tenía miedo a las alturas porque al tratar ver a la persona que estaba abajo le dio miedo y se ocultó–. Tranquila bonita, no soy una mala persona.

La voz era de un chico seguramente de su edad, pero al enterarse de que este chico le había llamado bonita simplemente ahora sin miedo comienza a verlo hacia abajo.

–¿Por qué me llamaste bonita? –dice confundida Emma al comenzar a verlo.

El chico que se encontraba en la parte inferior del árbol logro verle bien la cara le dio una sonrisa para que ella comenzara a frotarse los ojos. El chico parecía tener su edad, era un chico de ojos azulados y cabello castaño oscuro, en su cabeza llevaba un clásico sombrero de vaquero, sobre su manera de vestir, llevaba una camisa de manga larga a cuadros sobre una camiseta, jeans oscuros y unas botas de montaña.

–Si es que te incomodo que te dijera bonita una disculpa, por cierto, me llamo Carl Grimes –dice ese chico ojiazul.

–Emma Sanders –dice mirando al chico que estaba abajo, para luego volver a mirar hacia arriba ya le estaba dando un poco de miedo mirar hacia abajo.

–Ya veo... Confía en mi no te dejaré caer –dice el chico que estaba abajo.

–No lo sé Carl... –dice Emma de pronto un poco asustada.

–Confía en mi Emma... –le dice Carl quien comenzaba a abrir sus brazos tipo para atraparla durante la caída.

–Esta bien, confiaré en ti– le dice Emma quien comenzaba a verlo para luego lanzarse.

Carl la atrapaba a tiempo, Carl se le había quedado mirando mientras ella se quedaba mirando a los ojos también. Se quedaron así por unos minutos hasta que una chica interrumpiría ese momento.

–Disculpen, pensé que estabas solo Carl... –dice Enid que salía de la nada.

En ese momento Carl bajaría a Emma al suelo para que esta quedara parada al instante.

Objetivo: ProtegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora