ONCE

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Ni-ki era perfecto

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Ni-ki era perfecto. Desde la cabeza hasta los pies. Siempre sabía como actuar y que decir. Era atento, amable, cariñoso, inteligente, estaba dispuesto a hacer todo por ella e incluso aunque tardara diez minutos en responder sus mensajes, siempre le daba una explicación. Abría la puerta siempre que llegaban a algún lugar y besaba su frente o su mano cuando tenía la oportunidad. El contacto físico era su fuerte y eso sin duda la hacía sentir amada.

Ni-ki era todo lo que Kai nunca pudo ser. Y aunque no quería compararlos, lo hacía.

Porque Ni-ki no la veía como algo parte de su rutina y tampoco como alguien con quien desquitarse de su estrés... Mucho menos como un simple juguete sexual. Y eso era lo que a Kai le molestaba. Que ese mocoso había logrado darle a la chica algo que él jamás pudo: felicidad. Porque Rena se veía genuinamente feliz a su lado. Tanto que lo único que hacía era siempre estar con él, a todas horas, en todos lados.

Tan solo habían comenzado a salir hace dos semanas y ya todo el mundo sabía lo mucho que dependían el uno del otro.

A Hyeri le gustaba ver feliz a su hermana, pero simplemente había algo en todo eso que no terminaba de convencerla...

—Yo no habló contigo.

Huening Kai puso los ojos en blanco. No era un secreto que nunca se había llevado bien con Hyeri, ambos sentían un odio demasiado mutuo.

—Pues lo harás, niña.

—Vete a la mierda.

—¿Qué sabes del novio de Rena?

La menor de las hermanas Lee finalmente le prestó atención.

—¿Qué? ¿Te hirió un poco el orgullo que no haya aceptado regresar contigo y ahora salga con alguien que la trata como lo merece?

Hyeri sabía que su repentino interés era por resentimiento.

—Deja tus mierdas a un lado, mocosa. ¿Es que no te parece extraño que esa copia barata de cliché americano haya llegado a mitad de año y con un expediente tan perfecto?

—No todos son unos inútiles sin futuro como tú, Kai.

—¡Estoy hablando en serio! Hay algo en ese chico... Que no me cuadra.

La menor suspiró, nerviosa. ¿Es que realmente era algo muy evidente? Sabía que solo eran locas suposiciones suyas, y que Kai solo estaba celoso... Pero algo dentro de ella no le dejaba de decir que realmente había algo raro.

—Solo deja a mi hermana ser feliz, Huening.

Pero debió haberlo notado antes.

𝐏𝐒𝐘𝐂𝐇𝐎 | Nishimura Riki ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora