━━Extra.

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Jake caminaba de regreso a su hogar con las manos hechas un puño en sus bolsillos, mientras la música resonaba en sus oídos y tarareaba la melodía de las canciones que se reproducían en su playlist

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Jake caminaba de regreso a su hogar con las manos hechas un puño en sus bolsillos, mientras la música resonaba en sus oídos y tarareaba la melodía de las canciones que se reproducían en su playlist. Su teléfono vibró, dejando ver en la pantalla un mensaje de Rena. Frunció el ceño, para después ignorarlo por completo y nuevamente meterlo en su bolsillo.

Pero este volvió a vibrar... Confundiendo por completo al chico.

Hola Jake :)
¿Podemos hablar?

¿Hablar? ¿Y de que se supone que hablarían?
Jake negó para sí mismo, bufando, a punto de nuevamente ignorar los mensajes.

Por favor, no me ignores...

—¿Qué mierda...?

Voltea atrás.

Alarmado, el chico hizo caso, encontrándose en el otro lado de la acera a Rena... Sonriendo de manera apenada, mientras agitaba su mano en forma de saludo. La respiración de Jake se detuvo por un momento, se sentía estúpido por seguir sintiéndose tan nervioso con tan solo verla.

Entonces, la chica comenzó a caminar hasta su dirección. Y una vez que ambos estuvieron frente a frente, lo único que pudieron hacer fue mirarse fijamente por varios minutos.

—Hola —soltó finalmente, intentando ocultar su nerviosismo.

—Hola... —respondió de vuelta, con una sonrisa.

—Entonces... ¿De qué quieres hablar?

—En realidad, quería invitarte a salir.

Jake alzó sus cejas sorprendido.

—¿A salir? ¿Estás segura? —preguntó, confundido.

—Claro que si... ¿Por qué habría de no estarlo?

Tan solo creía que debía estar bromeando, pero la sonrisa en el rostro de la chica era realmente sincera. Así que, cuando Rena extendió su mano esperando a que la tomara... Jake no dudo demasiado en hacerlo. Y fue extraño, porque el resto del día, ambos se olvidaron de todo por completo... Tan solo disfrutando de su compañía, mientras visitaban varios lugares de la ciudad.

Rena no había soltado la mano de Jake en ningún momento, porque estaba muy segura de que quería estar con él. Y que ese momento durará para siempre... Se encargaría de que así fuera.

—Te quiero Jake... Realmente lo hago.

—Deja de jugar Rena, en serio... Deja de confundirme.

—Dame una oportunidad.

El chico la miro con sorpresa, sin estar realmente seguro de lo que había escuchado.

—No bromees.

—Ni-ki y yo terminamos. Esta vez es en serio, lo juro. Yo solo... Entendí que lo que sea que había entre nosotros, no era sano. Y no quiero que pienses que te estoy pidiendo una oportunidad para tratar de olvidarlo, porque realmente no es así... Yo solo, me di cuenta de que te quiero. Y quiero ser la persona que te mereces.

Jake no dijo nada en ese momento, en cambio, lo único que hizo, fue unir sus labios en un corto y dulce beso. Un beso que le hizo saber que finalmente, todo estaría bien.

—No necesitas ser nadie, Rena... Eres justamente lo que quiero, lo que tanto dices que merezco, es solo una tontería. Me enamore de ti sin importar lo que sea que pienses de ti misma, te quiero. Te quiero de cualquier manera que puedas imaginar... Y realmente no sabes lo feliz que me has hecho.

Rena sonrió. Sintiendo como su corazón latía de la manera que alguna vez lo hizo antes, sintiendo que finalmente... todo estaría bien y que realmente podría ser feliz.

Y fueron felices. Todo era perfecto.
Jake era perfecto. El chico perfecto...

Lo que ella se merecía, ¿no es así?

—¿Qué haces aqu...?—

Sin terminar de decir la oración, Jake entro a la casa de la chica sin decir nada, pero con una notoria preocupación y molestia en su rostro.

—¿Por qué no respondes mis mensajes? Me enviaste una fotografía de tu almuerzo a las cuatro treinta y me dijiste que verías una película con Hyeri a las cinco. Son las ocho cuarenta y siete y no has respondido ninguno de los mensajes que te he enviado desde entonces. ¿Por qué? ¿Hay algo que estes ocultándome?

La chica pestañeó perpleja, realmente confundida después de escucharlo. No podía descifrar con exactitud lo que el rostro de Jake transmitía en ese momento, pero realmente no quería darle más vueltas al asunto.

—Después de ver la película nos quedamos dormidas... Me desperté porque tocaste el timbre, Hyeri sigue durmiendo en el sofá. Puedes verlo por ti mismo, si deseas.

Rena lo dirigió hasta la sala de estar, donde efectivamente, Hyeri estaba profundamente dormida al lado del lugar que Rena había ocupado hace unos minutos atrás.

Jake agachó la mirada, avergonzado por la escena que había montado. Rena le había dicho la verdad y él había desconfiado de ella. La chica suspiró, mientras depositaba un beso en la mejilla del chico y lo abrazaba fuertemente.

—Te quiero.

Entre más lo decía, más se convencía de que realmente lo hacía.

—Lo siento... Es solo que, en serio me preocupo por ti —murmuró, recargando su barbilla en la cabeza de la chica mientras la abrazaba.

Si, se preocupaba por ella. Por eso necesitaba saber dónde estaba y que hacía cada minuto que pasaba, necesitaba que le enviara una fotografía de las personas que la acompañaban y su ubicación en tiempo real.

Después, el chico había comenzado a administrar sus redes sociales, en una tonta excusa de confiar el uno al otro.

Pero era algo obsesivo. Porque a Jake realmente no le gustaba que Rena le prestara atención a otra cosa que no fuera él... Las tardes de películas con Hyeri se habían terminado con la excusa de que, no pasaban el tiempo suficiente juntos y el hecho de que prefiriera pasar más tiempo con su hermana que con él lo hacía sentir "desplazado".

No necesitaba amigos, él podía ser su amigo.
No tenía porque estar sola, él siempre iba a acompañarla. No tenía porque vestirse de esa manera, nadie más que él debería de verla.

Pero Rena lo merecía, ¿no? Ella merecía a un chico tan perfecto como Jake. Porque Jake la quería sin importar que tan arruinada estaba... Porque al final del día, él siempre estaría ahí para recordarle que no había nada de malo en ella, que nunca fue realmente el problema. Solamente por eso, dejaba que controlara por completo su vida.

Estar con Ni-ki era vivir en un infierno, pero estar con Jake era como vivir atrapada en una caja de cristal que no tenía escapatoria alguna. Tal vez lo merecía.

Tal vez se merecía el no poder volver a ser feliz nunca más.

𝐏𝐒𝐘𝐂𝐇𝐎 | Nishimura Riki ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora