¿Halago o Indecencia?

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Avery

Los aplausos no tardaron en llegar, las personas se pusieron de pie, todos, compuse mi postura y con una arrogante sonrisa estendi mis manos a los lados recibiendo aun mas los aplausos.

Anhelaban mi nombre, cada empresario, cantante, actor, director, hasta personas con una vida normal.

Mi mirada cayo en aquel grupo que cierta muchacha ya me habia hablado. No era sorprendente que conozca a algunos y vea por primera vez a otros.

Lade mi cabeza a un lado en saludo a ellos que hicieron lo mismo.

Gracias damas y caballeros. — se hizo presente la voz del animador —  Nuestra hermosa, Avery, estara con ustedes en un momento.

Lade nuevamente para retirarme del escenario entre mas y mas aplausos.

Mi camerino me recibio con docenas y docenas de arreglos florares, nombres importantes en las tarjetas que a un lado si observabas mejor, encontrabas sus numerós telefónicos.

Me quite el vestuario dorado en mi cuerpo para limpiar cada sudor en este con toallas humedas, ya lista sobre mi cuerpo resbalo una colonia corporal y relajante para terminar por bajar un vestido negro de seda, con la espalda descubierta, una pequeña solapa adelante y una pierna abierta.

Mi cabello quedo en un moño preciso bajo para dejar cer unos mechones sobre mi rostro.

Limpie mi rostro del maquillaje para solo arreglar y perfecccionar mis cejas, cepillar mis largas y exageradas pero, a la vez hermosas pestañas, colocar algo de broncer en mis pomulos y un labial ni intenso ni simple, un pequeño rojiso natural para ser exactas.

Dos gotas de loción en mi cuello y mis tacos para salir nuevamente.

¿Y? — la misma rubia de hace unos minutos vuelve a intercederme por los pasillos — ¿Que te parecio?

— Ya los conozco. — argumento con ligera desinportancia.

— ¿A todos?

— Desconozco a dos. — confieso refiriendome al ojiazul y a la ojiverde.

— Bueno porque esperar tanto. — me toma del antebrazo — A conocerlos.

Las puertas se abren para mi y unas cuantas miradas caen mi, sonrio con elegancia y una postura explendida.

Los halagos no tardaron en llegar, lo explendida que estuve como siempre, las sugueriencias de trabajo muy tentadoras.

— Como siempre explendida — sonrio para recibir un delicado abrazo.

— Siempre es bueno verlo señor Thompson.

— Cada vez que llego a los Angeles no puedo perderme de ver a mi estrella favorita.

— Espero ser la unica estrella.

— Lo eres, te lo aseguro.

— Disculpen — intersede la rubia para liberarme o si no, no podria saludar a todos — hay mas invitados esperando a la estrella señor Thompson.

— Ve a brillar estrella — deja un beso en mi mejilla y sonrio para alejarme.

— De nada.

— Crei que estaria todo el dia a su lado.

— Es comprencible se acaba de divorsiar.

— ¿Lo hizo?

— Si y le quito mas del 50% a su esposa. Valla hombre con el que estuvo casado.

Dulce Tentación | Aaron Taylor JohnsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora