Una despedida no tan despedida

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Avery

— Esta listo, Avery. — me murmura la rubia a lo que le pedi hace unos minutos.

— Bien, ¿Te encargas de todo?

— Yo lo hago.

Me pongo de pie con ayuda del interprete de Superman y con un agarre en su antebrazo caminamos a la salida.

El caballero de Chris acompañaba a Elsa y Renner a Olsen. Con un ligero ademán me despedi de los guardias en las puertas para que luego estas sean abiertas.

Los autos ya se hacian parqueados frente a nosotros, como se lo pedi a Sabrina, no habian reporteros, ni camaras, no en nuestro entorno pero, se hacian visibles a unos metros, los flashes no tardaron en llegar al igual que los gritos. 

— ¿Podras manejar? ¿Si quieres te llevo a casa?

— Hoy no es tu dia de suerte fortachon — acomodo la comisura de su saco.

— Debia intentarlo. — sonrei de lado.

— Elsa, si me lo pides puedo llevarte.

— Es una oferta que no lo tiene cualquiera. — asegura — Esta vez Chris me llevara.

— Entiendo — me acerco para darle un beso en la mejilla con un delicado abrazo — avisame cuando hallas llegado. — asiente.

— Fue un gusto conocerte, Avery.

— El sentimiento es mutuo Olsen.— un pequeño beso y abrazo como despedida— espero verte pronto.

  — Sin duda estare aqui.

— Fue muy bueno verte otra vez — el rubio de barba se acerca para abrazarme.

— La proxima vez quiero ver a Scott o Alba cruzar estas puertas.

— Lo haran, es una promesa.

— ¿Nos vemos pronto? — intersede Renner.

— Dejemos que el destino haga lo suyo.

— Pero tu no te interpongas — continua el rubio — deja de rechazar las propuestas de Marvel.

— ¿Rechazaste su propuesta? — hablan al unisono la mayoria. Me alzo de hombros.

— Que les puedo decir, el baile esta primero.

— Tranquilos — dice el pelinegro acercandose y tocando mi espalda descubierta causando un leve escalofrio — voy a convenserla, tengo unos trucos bajo la manga.

— Suerte con eso.

Suelto mi sobervia para girar y comenzar mi andar hacia mi auto, la puerta es abierta por el chico de los botones el cual agradezco.

Sabia lo que habia ocasionado, mi ego lo tenia claro, una pequeña mirada por el retrovisor me afirmo lo ovbio.

Habia dejado a cierto hombre con un sin sabor, anhelando por volverme a ver.

Estaba cansada pero, no tanto para rechazar un baño de petalos de rosas.

No tarde mucho cuando llegue a casa, las grandes puertas se abrieron dandome el paso al interior de casa, la cochera se habre dejando a mi esplendor la otras piezas de autos en el.

Bajo despues de estacionarme para entrar a casa mientras mis llaves retumban en mi mano, las luces detentan mi presencia por lo que se encienden.

Subo las escaleras dejando que el compaz de mis tacones retumben por toda la casa al pisar cada escalon.

Me desago de mis tacones para dejarlos a un lado en el umbral de la puerta, el vestido resbala por mi cuerpo hasta liberarme de el quedando solo en bragas.

Dulce Tentación | Aaron Taylor JohnsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora