Cafetería

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Levi tenía que admitir que no fue tan sencillo tener una cafetería. Tener un negocio tenía su inconveniente como cualquier empresa. Por lo que los primeros meses Levi solo quería tirarle café a la mayoría de las personas.

Admitió que el servicio al cliente no era lo suyo.

Tuvo que contratar gente, al menos para que sirvieran o atendieran el mostrador.

Parecía que el destino lo estaba ayudando bastante por lo que cuando puso el anuncio la primera vez, la primera en llegar fue Petra...

—Capitán...—Petra tenía una pequeña sonrisa y tenía en sus manos el periódico donde había puesto el anuncio para contratar nuevos empleados—usted recuerda...

—Me alegra verte Petra—Levi sonrió —¿Vienes por el puesto?

De poco uno, de su antiguo escuadrón empezaron a llegar su cafetería. Levi había estado feliz cuando sus camaradas estaban a su lado, Petra, Oluo, Erd y Gunther. Eran parte de su cafetería, le había dejado el puesto de cajera a Petra, de meseros a Erd y Gunther. Tanto como Oluo y él hacían las bebidas.

Quizás dejo pasar demasiado tiempo para contarles que tenía un hijo. No es que no quisiera no contarle que tenía un hijo pequeño que ahora tenía 2 años y era jodidamente malcriado por todos en su casa, como por la cuatro ojos de mierda. Levi solo quería prevenir que sus empleados no lo malcriaron también.

No duro demasiado...

Su pequeño bebé había entrado a la cafetería con su mamá, miraba alrededor buscándolo, se acercó asta el mostrador para ver a Petra.

—¿Estas perdido bebé? —Levi escucho como Petra hablaba a su hijo, su madre estaba al lado Jean.

—Papá—Jean se cruzó de brazos (Quizás debería dejar a Jean con su tío menos tiempo) —Mi Papá... Helado.

Levi suspiro, salió donde estaba preparando las bebidas, le hizo una seña a Oluo sobre que se encargara él.

—No te dije que esperaras en la casa ¡Mamá! —Levi miro mal a su madre, la mujer parecía culpable.

—Jean quería conocer tu cafetería, no pudo negárselo—ella dijo avergonzada—Quería tanto venir a verte.

Levi sabía sus empleados estaba teniendo un corte circuito, miraban confundidos a Jean. Su mocoso no le gustaba que lo miraran demasiado. Porque cuanto noto la mirada de sus empleados, les dio una mirada maloliente frunciendo el ceño.

Sí, debo dejar menos tiempo a Jean con Kenny.

—No, miren. ¡Papá! —Jean levanto los brazos para ser cargado, y Levi cedió en consolar a su hijo.

Si bien Levi decía que en su casa también lo malcriaban, sus amigos como Hange, Furlan e Isabel. Levi tenía que aceptar que él no se quedaba atrás, siempre estaba regaloneándolo en todo a Jean, tanto que Jean sabía no se le negaría nada si lo pedía.

—Jean ellos son mis empleados, pero también son mis amigos. ¿Puedes ser amable con ellos? — Jean frunció el ceño.

Pero asintió.

—Besito a Jean-boy—Levi se rio, y beso sus mejillas haciendo que Jean se riera para después esconder su cara en su cuello.

Incluso si había dejado claro a sus empleados que no tenía que hacer todo lo que Jean les pedía. Si no que podían ponerle un alto... Sus camaradas les valió. Consistieron al niño en todas sus exigencias.

Si el mocoso quería una bebida antes que los clientes. Oluo paraba lo que estaba haciendo para hacerle su chocolatada. Si Jean quería subirse al mostrador para ver desde arriba Petra lo dejaba y dejaba de atender a los clientes solo para tomar a Jean de la mano, así no sé callera. Si quería pintar en una mesa, Erd y Gunther sacaban al cliente de ahí y dejaban que Jean se sentara.

—Ustedes cuatro les dijo no consistieran a Jean en todo—Levi los regaño, estos tenían la cabeza abajo—no pueden hacer lo que él les pida. En especial si yo digo que no. Como se supone que el mocoso sea un hombre de bien si lo consienten en todo.

Sus empleados solo pidieron disculpas.

Pero solo cambio un poco, porque lo que Jean ahora tenía que esforzarse para conseguir lo que quería.

¿Cómo carajo hacia su mocoso para que sus ojos brillaran?

Ser padre ocupaba todo su tiempo.

Incluso si estaba en su cafetería recibía mensajes de su madre y Uri de Jean siendo un mocoso lindo. Por lo que siempre sabía lo que hacía Jean, tampoco como si pasara mucho tiempo en la cafetería, su hijo pasaba la gran parte de la mañana con él, antes que uno de su familia lo viniera recoger para la guardería, después Levi lo iba a buscar en el medio día pasar otro rato en la cafetería y después ir al parque a jugar...

Realmente ser padre ocupaba casi todo su día y pensamiento.

Casi...

Casi no pensó en su amado...

Casi...

Cada vez que creía que su corazón estaba sanando, ocurría algo que abría su herida, un libro de historia, gel para cabello.

Parecía que la vida no le quería dar un descanso, pero de nuevo Levi no podía simplemente acostarse en una cama y ser una bolita de miseria. Tenía un hijo que probablemente saltaría sobre su estómago para que se levantara o exigiera jugar.

—Está seguro de que quiere cerrar usted, señor—Petra pregunto preocupada —podemos ayudar.

—Tengo que hacer cuentas del mes, como también el pedido de productos. No te preocupes, si voy a casa Jean no me dejara terminar. Él sabe que hoy debe acostarse temprano sin mí—Petra asintió, mientras tomaba sus cosas—a Petra, no creas que no me di cuenta de que le disté dulces a Jean cuando te dije que no se los dieras—Petra se sobresaltó, se rio nerviosamente.

—No le pude dar nada para su cumpleaños número 4 Aproveché...

—Le diste un jodido set de pintura. Y de los caros, Petra estuviste en el cumpleaños—Levi bufo.

—Eso lo compramos todos nosotros—Petra se defendió—lo siento señor. Simplemente no podemos evitarlo. Jean es tan bonito—Petra se rio—sé que lo malcriamos, pero estoy segura de que será un buen niño en el futuro.

Levi esperaba que eso. Por lo que podía ver los indicios de un niño que conseguirá todo solo batiendo las pestañas o siendo un poco lindo.

Se despidió de Petra, y se aproximó a una mesa para terminar su trabajo. Estaba tan sumergido en sus cuentas que no se dio cuenta que dejo la puerta abierta, y sin cambiar el letrero de abierto a cerrado. La puerta dio un sonido de las campanitas que tenía para avisar que había clientes. Levi estaba por despedir al cliente, hasta que se dio cuenta quien era...

Erwin...

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Recuerden que esta historia tiene artos saltos temporales.

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