12.Familia.

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Incluso si Levi quería llevarse a Jean a la seguridad de su casa, sabía que tenían que monitorearlo. Jean aún estaba durmiendo después del abrazo que se dieron. Se había quedado a su lado mientras dormía, él no pudo dormir nada.

Y Erwin...

Erwin se había quedado a su lado, incluso si Levi le aseguró que no era necesario. Que le explicaría después a Jean que estuvo aquí.

Se había negado diciendo que había leído que era esencial que los padres tuvieran cerca para que el niño tuviera apoyo emocional y confiara en ellos.

Levi solo había puesto los ojos en blanco, porque solo Erwin leería libros de crianza.

—¿Papá? —Levi lo miró sorprendido a Jean que tenía los ojos entreabiertos y lo miraba con sueño—¿Dónde estamos...?

—Jean... Tú no recuerdas—se acercó y tomó la mano de Jean, su pequeño hizo un puchero—Ayer en la noche cuando comiste tu cena... Te desmayaste.

—Solo recuerdo haber comido tu tortilla, estaba muy rica—Jean asintió—... Pero también recuerdo que me dolía mucho la cabeza... Después nada.

Levi se estaba preparando para un Jean que preguntara por su madre, y porque ahora él era su hijo, no esperaba aun Jean que lo miraba con inocencia y sin las cargas de su vida pasada.

¿Quizás había olvidado?

—... ¿Qué hay de tu mamá? —Jean miro con duda—¿No recuerdas nada de tu mamá?

—Pero... Yo no tengo mamá, tú dijiste que ella no estaba lista para ser madre, y eso no era malo. Y que tú si me querías porque los tengo a ti y mis abuelos. Mis tíos. Pero no hay mamá.

Levi parpadeo algo confuso ¿Todo ese dolor por nada? Su hijo llegó tener incluso un ataque de pánico, solo para que olvidara todo al día siguiente ¿Era necesario pasar por esa crueldad?

—Quiero ir a casa—Jean dijo molestándose —y tengo hambre... Me duele la cabeza.

—El doctor tiene que darte de alta Jean—Levi suspiro. Se acercó para sentarse en la cama, y abrazar a Jean—tenemos que asegurarnos de que estés bien.

—Pero yo me siento bien—Jean se abrazó a Levi—quiero chocolate.

—Dijiste que te dolió la cabeza—Jean se enfurruñó—por favor, Jean, quiero asegurarme de que estés bien ¿Sí?

Levi había notado que últimamente que Jean parecía estar controlando más sus emociones. No solía hacer tantos berrinches, como también había dejado de tirarse al suelo para llorar y no hacer nada.

Jean estaba creciendo...

Su pequeño mocoso parecía querer rebatir, pero se acurrucó más cerca de él.

El doctor entró e intentó saludar a Jean, pero su hijo escondió su cara en su pecho.

—Bueno supongo que no hay nadie que se coma este rico pudin de chocolate—el doctor dijo dramáticamente, Jean se removió, y miro de reojo. —es una pena porque no suelen llegar mucho de estos... Después vendrán solo jaleas...

—Yo quiero—Jean intento levantarse, pero Levi lo sostuvo—no me gusta la jalea, yo quiero.

—Buenos días, Jean—el doctor sonrió divertido.

—... Buenos días, señor—Jean miró sus manos algo avergonzado—¿Me da pudin de chocolate? Por favor.

—Me gustaría hacerte algunas preguntas primero. Puedes responderlas—Jean asintió—Dime donde te duele.

RecuerdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora