Padre

161 27 0
                                    

Tenía un trabajo cómodo en una preparatoria, como profesor de historia, tenía una hermosa esposa. Una casa cómoda y no tenía que preocuparse por que le faltara el dinero. Con todo eso Erwin sabía que por fuera se vería como si tuviera su vida soñada.

En realidad, sentía que su vida estaba derrumbándose bastante. Marie seguía insistiendo sobre los hijos. No es que Erwin odiara la idea de hijos. Simplemente aún no se sentía preparado para los niños, ¿Qué se suponía que haría Erwin cuando un niño llorara?

Él no tenía idea, tampoco quería averiguarlo.

Tener que renunciar a sus horas de sueño, por un niño que de seguro tendría pesadillas. Ir al hospital...

Era demasiado trabajo.

Tanto como Nile y Mike no lo entendieron.

—Creo que serías un buen padre—Nile le rodó los ojos bebió de su trago—deberías dejar de entristecer a Marie.

No es como si Erwin quisiera hacer sufría Marie, pero cada vez que sacaba el tema, siempre había una discusión.

Estaba tan cansado por las discusiones. Se había despedido de sus amigos, cuando pensó que, si volvía en ese estado a su casa, Marie le iba a hacer pleito.

—¿Una cafetería abierta? —Erwin entrecerró los ojos cuando la vio. Recordaba que Marie le había dicho que era su cafetería favorita, que preparaba las mejores bebidas que había.

Sintiéndose curioso, como también sintiendo un deseo de entrar a conocer el lugar, entró.

No esperaba encontrar al dueño haciendo cuentas, viéndolo sorprendido. Como también no esperaba sentir ese impulso de no irse jamás de ahí.

Un hombre con estatura de adolescente lo observó, tenía ojos grandes que eran de gris oscuro, su cabello era de negro corto y liso. No sabía por qué sentía que había visto al hombre antes.

Si no hubiera estado tan borracho, se hubiera disculpado e ido. Pero el hombre había dicho que solo tenía té.

Hablando con un completo desconocido, por primera vez, se había sentido escuchado. Levi había observado atentamente como también dio su opinión.

Lo llamó idiota por no tomarse un descanso para poder salir con Marie.

Pero le dijo que encargase de otro ser humano sin estar seguro, podía ser un grave error.

—Los niños son preciosos. Necesitan un padre seguro y que no se arrepienta. —Levi había suspirado para mirar hacia otro lado. Observó un poco de tristeza en los ojos de Levi—creo que deberías hablarlo con ella.

Erwin no quería marcharse, pero pudo notar que Levi parecía algo preocupado por la hora. Por lo que tuvo que marcharse. Pero aún tenía a Levi en sus pensamientos. Aún quería hablar con él, esperaba que el hombre más bajo no le hubiera molestado tener su número

Como tampoco esperaba que Levi se enojara con él, por visitarlo constantemente, para comprar su café de todas las mañanas.

Había hecho una nueva camaradería con Levi, se sentía a gusto a su alrededor cuando se encontraba por las mañanas. Como también se sentía feliz cuando el hombre le sonreía, con una sonrisa suave.

Como si le tuviera aprecio...

Se había sentado en la mesa de la cafetería. Aún tenía tiempo para llegar al trabajo, por lo que pensó que no sería malo tomar su café con una rosquilla...

—Me das un poco—Erwin con la mitad de su rosquilla, miró hacia abajo para ver a un niño de ojos dorados y de cabello color marrón miel.

Los niños normalmente no se le acercaban, quizás era su cara seria, o porque era muy alto. Cada vez que los niños lo veían, salían corriendo.

RecuerdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora