Destino...

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Levi se quedó mirando a Erwin. Su corazón latió con fuerza... Estaba como recordaba antes de la guerra, antes que Erwin diera su vida por su sueño.

Su pelo estaba sin gel, si Levi se fijaba bien tenía el rostro sonrojado, su ropa lucia como si hubiera salido del trabajo, pero hubiera ido a un bar, se veía como un profesor de historia, con camisa blanca y pantalones formales.

Aunque lo que le impresionó fue su mirada... Parecía cansado, como si tuviera tantos problemas en su vida que no pudiera solucionarlos.

—Lo siento, pensé que estaba abierto—Levi controló el temblor que la voz de Erwin había producido en él. Su voz... Era como la recordara—debería irme...

—Solo tengo té, las demás máquinas se han apagado—Levi hablo apresuradamente... No quería que se fuera—aún me queda unos minutos, puedes pasar.

—¿Estás seguro? Por cierto, me llamo Erwin

Él no me recuerda...

Levi luchó con el nudo en su garganta que se estaba formando. Tenía que ser fuerte.

—Levi Ackerman. —Levi se dio la vuelta para ir hacia el té. Si seguía mirando a Erwin, estaba seguro de que él notaría su añoranza.

Levi pudo observar cómo Erwin se sentaba en una de las mesas, y después soltar un suspiro contenido. Su pelo sin gel lo hacía lucir más cansado. Su mirada estaba en la lejanía...

—Mi esposa le gusta esta cafetería—Levi hizo una mueca—ya veo por qué, el té sabe suave. Está delicioso.

Erwin se llevó a la boca el té, suspiró.

—No deberías estar con tu esposa, ella debe estar preocupada—Levi admitió. Esto era masoquismo, Levi lo sabía, no quería saber cuan feliz era Erwin en su vida con su esposa. Pero al mismo tiempo ansiaba tanto que Erwin tuviera una buena vida.

No estaban destinados a estar juntos esta vez...

Quizás en otra vida, ambos...

—Discutimos—admitió Erwin. Eso llamó la atención a Levi—todo era genial cuando nos conocimos, ambos queríamos conocer el mundo y salir, disfrutar de nuestra juventud. Pero cuando decidimos casarnos... Yo sabía que no debería seguir haciendo eso. Tengo un trabajo que necesita mi atención. Ella no parece entenderlo.

Típico de Erwin...

Levi quería rodar los ojos. Pero se contuvo, por supuesto que el idiota prefería más su trabajo que salidas de diversión, más de una vez él había tenido que arrastrar a cejas para que durmiera o descansara un segundo.

Aunque estaba sintiendo más simpatía por Marie...

—Y los hijos—Levi se puso tenso—quiere que tengamos hijos, no estoy listo. Yo no creo que pueda renunciar a las libertades que tengo sin hijos. Y no me llevo bien con niños, ellos siempre corren cuando me ven... He estado rondando la idea... Quizás debería divorciarme... No quiero hijos.

Levi se sintió emocionado por un instante. Pero se fue tan rápido como llego...

No quiere hijos...

Se sentía mareado.

Cuando era adolescente muchas veces en las noches cuando Jean lo despertaba porque tenía hambre o se cagaba en sima, se ponía a pensar que quizás debió controlar su polla. Eran pensamientos de agotamiento, que sabía que no eran malos.

Ahora, solo quizás una vocecita en su cabeza le dijo que, si no hubiera tenido a Jean, hubiera aprovechado esta oportunidad para tener a Erwin a su lado...

¡NO!

Levi negó disimuladamente...

Él amaba su mocoso, alegrabas sus días. Jean lo hacía sentirse importante, era su pequeño demonio, Levi no cambiaría por nada del mundo.

Erwin no quería hijos, Levi tenía que aceptar eso...

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Recuerden que tiene artos saltos temporales

RecuerdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora