Pureza

195 26 0
                                    


Su mañana estaba siendo una mierda, Jean había despertado para después mirarlo fijamente y negarse ir a la guardería. El mocoso había gritado y pataleado cuando intentaron ponerle su ropa. Levi se rindió, conociendo su mocoso probablemente se pondría a llorar y terminaría siendo llamado para que fuera a recogerlo.

Su mañana había sido una mierda. Pero no tan mierda como unos días atrás en la noche cuando se encontró con su amor de su vida pasada, Erwin se había disculpado por ser sincero, como también le dio su número para mantenerse conectados. Por lo que le contó, Erwin tenía amigos. Pero ninguno de ellos estaba de acuerdo con sus ideas de no tener hijos.

Levi había dicho que era un idiota por no ponerle atención a su esposa, pero respetaba su decisión de niños.

Lo peor que le podía pasar a un niño, era tener un padre que hubiera tenido por presión.

—Jean no puedo preparar bebidas, si estas en mis brazos todo el día. —Levi intento bajar a Jean, pero el niño lo abrazó con más fuerza—pero que te pasa...

—Si abrazo a papá con fuerza, papá ya no estará con tristeza—Levi dejo de forcejear con Jean, se quedó helado—Jean quiere mucho a su papá...

El niño... ¿Se dio cuenta...?

Levi no solía compartir sus emociones con Jean. Su hijo siempre lo había visto feliz, y contento. Por lo que pensaba que estaba haciendo un buen trabajo en ocultar que tenía el corazón roto, y solo funcionaba porque tenía el amor de su hijo y su familia.

Levi tuvo que sentarse y apartar un poco a Jean, el niño se alejó y toco su cara.

—¿Mejor? —Jean pregunto. Levi tuvo que sonreír y asentir—si te sientes triste, Jean te dará un abrazo.

—Me siento mucho mejor. As alegrado mi día—Levi besó la mano de Jean. Sonrió—siempre alegras mis días. Pero a veces está bien que papá este triste. Las personas no podemos estar feliz siempre.

—¿Por mi culpa? —Jean pregunto tímidamente.

—La tristeza de papá no tiene nada que ver contigo. Todo lo contrario, tú alegras los días de papá. —Levi tomo la mano de Jean y la puso en su corazón—el corazón de papá es cálido porque su bebé es feliz y está seguro.

—Pero... El corazón de papá no está feliz ¿Verdad? —Jean susurro...—¿No debería sentirse cálido y feliz?

—A veces... No se puede tener todo Jean—Levi fue sincero—mientras tenga uno de ellos, creo que estará bien. Puedes ser un buen niño hoy, e ir a una mesa a colorear—Jean asintió.

Había trabajado casi en modo automático. Si no fuera porque tenía que ver a Jean y asegurarse que no comiera tanto dulces y llevarlo al baño. Levi se hubiera deprimido más.

No mentía cuando decía que Jean era su calidez, le hacía muy feliz que su bebé estuviera contento y a salvo de los peligros. Que cuando se fuera acostar viera a su bebé durmiendo pacíficamente. Y al día siguiente tuviera discusiones porque Jean no quería ir a la guardería.

—O dios mío es el comandante Erwin—Levi miró hacia Petra que estaba sorprendida—capitán...

—Petra, ya no soy tu capitán.

La chica lo miro con disculpa. Erwin ahora venía mucho mejor, su pelo pulcramente con gel y tenía el rostro sonriente.

Levi sabía que lo más razonable y sano que podía hacer era no tener una amistad con Erwin, cortar toda la comunicación que tenía con él. No le haría ningún bien tener una relación de amistad, saber sobre él y su esposa, verlo como pedía consejo sobre su matrimonio...

Pero Levi nunca tomaba buenas decisiones.


++++++++++++


RecuerdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora