Continuación...
Pasa una hora. Una que Chuuya se pasa respondiendo con una sola mano a los correos electrónicos que se acumulan en la bandeja de entrada de la Port Mafia cada vez que parpadea. Su cuerpo comienza a sentirse dolorido, y está a punto de comenzar la difícil tarea de transportar a Dazai a la habitación sin despertarlo, cuando Dazai se levanta del sueño, con los ojos muy abiertos y agotado.
-Oye -dice Chuuya, dejando caer su teléfono a su lado-, buenos días.
-¿Dónde estamos? -frotándose los ojos, Dazai entrecierra los ojos alrededor de la habitación-. ¿Cuándo llegamos?
-Sala de estar. Yokohama, Japón. Es poco después de la medianoche, creo.
-Medianoche... -gimiendo en voz baja, Dazai levanta las rodillas hasta el pecho y entierra su rostro allí-. Chuuya, me siento aún peor ahora. Esa siesta fue horrible.
-Oh, ¿otro mal sueño?
Sin levantar la vista, Dazai niega con la cabeza.
-Horrible. Son tan vívidos.
-¿Quieres hablarme de ellos?
-No.
-Bueno.
-Nunca volveré a dormir -decide Dazai mientras se levanta del sofá-, nunca. ¡Lo mismo ocurre con la comida!
-No creo que esa sea la mejor solución.
-¡Nunca! -Dazai repite dramáticamente antes de marcharse en dirección a su dormitorio.
Aburrido y descuidado, Chuuya lo sigue. ¿De qué sirve tener novio cuando no puedes molestarlo, verdad? Dentro de su habitación, Dazai mira fijamente la única prenda que tiene aquí: un suéter grueso de punto.
-Puedes tomar prestada una de mis camisas. -ofrece Chuuya.
-¿Y caminar como una puta? -Dazai pregunta con un resoplido-. Apuesto a que te gustaría eso.
-Lo haría, sí.
Los labios de Dazai permanecen firmemente cerrados, pero no necesita palabras para traicionarlo cuando sus oídos, rosados por el calor, lo hacen bastante bien por sí solos. Levanta la barbilla en el aire, los hombros echados hacia atrás, antes de aceptar la sugerencia de Chuuya y echar un vistazo al interior de su armario.
-Sabes, podríamos encontrar un cajón para tu ropa aquí -dice Chuuya después de un momento de verlo estudiar el armario con tristeza-. O una cómoda. Demonios, todo el lado izquierdo del armario. No necesito tanto espacio.
Absolutamente lo necesita, pero puede encontrar espacio en otro lugar.
Dazai lanza una mirada desafiante por encima del hombro.
-¿Qué pasa si quiero el lado derecho, hm?
-No presiones, mocoso.
-No soy un mocoso... cállate, Chuuya -parece que el comentario despierta la decisión de Dazai mientras toma apresuradamente la primera camisa lisa que encuentra. Por alguna razón, él no lo cambia a aunque. En cambio, regresa a la mesita de noche, abre el cajón y saca algo: un cuaderno.
Las preguntas zumban en la cabeza de Chuuya como un enjambre de abejas, pero él las mantiene encerradas, sabiendo que la paciencia es una virtud cuando se trata de Dazai.
Los nudillos de Dazai están blancos por agarrar el libro, su mirada se niega a levantar y encontrarse con la mirada curiosa de Chuuya.
-¿Dazai?
-Aquí. -espeta Dazai, prácticamente golpeando el pecho de Chuuya con el cuaderno.
Parpadeando, Chuuya acepta este regalo violento, sus ojos parpadean lentamente hacia Dazai.
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Nudos Atados. •Soukoku | Bungo Stray Dogs •
FanfictionUna noche, Chuuya llega a casa y encuentra a un extraño borracho en su cama. Sacar al tipo, que resulta ser un desagradable y lamentable estudiante de literatura, fuera de su apartamento es una cosa, pero ¿sacarlo de su vida? Prácticamente imposib...