15 de Septiembre.
Acaricio la trabajada caligrafía, como si con ello, pudiera estar más cerca de él. Lejos de distraerme, como todos esperaban, el instituto solo ha resultado un interludio interminable hasta poder regresar aquí. A casa, a mi pequeño santuario. Saber, que es tan solo la punta del iceberg, ya que estoy iniciando el curso, no ayuda en lo absoluto.
Han transcurrido nueve días desde que se marchó. En un inicio fui capaz de resistir la tentación, pero la esperanza de conectar con él de algún modo, es demasiado atractiva. Así que me he atrevido a escribirle a Hugo, aprovechando que es el único que emplea de manera asidua las nuevas tecnologías.
Planee dejarlo después de un breve SMS. En especial, cuando no obtuve contestación. Sin embargo, es la única vía por la que puedo comunicarme con ellos, así que no ceso en mi empeño. Puede que hoy o mañana no lo lea, que estén demasiado ocupados para ello. Pero tarde o temprano, confió en que Sedrik a través de esos textos, compruebe cuanto le echo de menos.
Entretanto, he releído el contenido de la carta un número incontable de veces. Imagino su voz, recitando cada palabra. Visualizo su imponente figura, varios cabellos rubios caen rebeldes sobre su rostro mientras se inclina en el escritorio para escribir.
Con puño firme, desliza la pluma sobre el papel, sabiendo exactamente lo que debe comunicar. Entonces la ilusión se rompe y viene la dolorosa pregunta, ¿Pensó en algún momento en el daño que me haría?
En el mensaje hace referencia a mi fortaleza, quizás supuso que emplearía dicha cualidad para sobrevenir estos aciagos días sin él. No obstante, me subestimo por mucho. Despertar cada mañana para confirmar que aún no ha regresado es una tortura. Un infierno personal, del que no descanso ni siquiera de noche.
Pues entonces, aparecen las pesadillas. A veces se repiten, otras, son tan retorcidas y extrañas que lo único que recuerdo al despertar es una profunda agonía. Suelen estar relacionadas con mis miedos más profundos.
Empieza bien, Sedrik regresa y soy liberada de esta carga, la felicidad, está a tan solo unos pasos de distancia. Hasta que advierto que hay algo extraño en su manera de mirarme, incluso, en su postura. Cualquier familiaridad o cariño de antaño ha desaparecido, actúa como si no me conociera.
Al obtener un vistazo de mi propia imagen, comprendo por qué. Mi piel está arrugada, con algunas manchas producto de la edad y el brillo de esos ojos castaños que tanto amaba, se ha apagado. Es demasiado tarde. Nuestra oportunidad se ha visto truncada por el paso del tiempo y mi detestada mortalidad.
Devuelvo ese horrible sueño a donde pertenece, a lo más hondo de mi psique, no necesito que me atormente también cuando estoy despierta. Arrebujo las mantas esperando que su calidez logre calmar el dolor que empieza a crecer en mi pecho. He intentado leer, escuchar música, ver películas y series a modo de distracción.
Pero siempre encuentro algo que me recuerda a él. Es como si se hubiera quedado pegado a mí, como una segunda piel. Eso jamás me habría molestado antes, pero ahora que debo subsistir sin su presencia, es una tortura.
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Anhelo - Criaturas de la noche II.
VampirosDespués de conocer el amor de la mano de un príncipe vampiro, Elizabeth decide continuar su vida en Wyoming, iniciando el curso escolar. Pero la posibilidad de un futuro juntos, se verá truncada por el compromiso de Sedrik para con su raza. Beth t...