Presto atención en resolver los últimos ejercicios de la tarea de lengua, a pesar de las ganas que tengo de dejar los libros a un lado. Juego con el lápiz, tratando de comprender por tercera vez el enunciado, mientras Lisa, sentada en el sofá, hace lo propio con sus deberes. Pensamos que lo mejor para acabar antes, era hacerlo juntas, así que nos movimos al salón, pero no es que hayamos avanzado mucho, que digamos.
Supongo que ambas tenemos la cabeza en otra parte. Mañana regresan Roger y Emma. Han llamado de forma regular estos días, pero la verdad, es que no hay novedades. Al menos, no sobre lo que a mí, me interesa. Caleb continua sin aparecer, no obstante, temo como voy a ocultar lo que he descubierto, cuando lo haga.
El diario de Irene es algo que me tiene en constante debate. He sido incapaz de siquiera echar una ojeada al contenido, pues lo veo como una forma horrible de violar su intimidad. Encima, si descubro algo, ella no está presente para poder defenderse. Si indago más en el tema, estaré removiendo un asunto que, por algún motivo, ella nunca quiso que su hijo conociera.
No obstante, esa prueba de paternidad, presiento que es algo con lo que Caleb ha fantaseado más de una vez. Estoy convencida de que Irene hizo la mejor de las labores criándole. Pero en el fondo, siempre yace esa curiosidad. Yo misma, la he padecido, preguntándome como sería mi padre y qué rasgos comparto con él.
En mi caso, todo está perdido, pues es como encontrar una aguja en un pajar, pero Irene, hizo las averiguaciones necesarias, solo tenía que contárselo. No he dejado de suponer:
"¿Y si no se lo dijo, para no herirle?"
"¿Quizás, planeaba contárselo en un futuro?"
"Puede que fuera a hacerlo próximamente, pero ella tuvo el accidente".
Me tortura no tener forma de saber cuáles eran sus deseos. Al igual, que no disponer del nombre exacto, ya que estaba tachado con saña en los papeles. Recuerdo que Caleb mencionó que Irene, no pertenecía a esa manada, sino que vino cuando era joven. Quizás, eso implica que su padre, pertenece a ese otro grupo. Seguro que la respuesta, con todos los detalles, habita en el diario, pero no me atrevo a dar el paso. Al menos, no por ahora.
Un golpe en la puerta de casa me devuelve a la realidad de una patada. No puedo creer que he vuelto a despistarme.
—Es Jack —anuncia Lisa. Dejando el libro de historia en la mesa, para levantarse a abrir. Ni siquiera me sorprendo, opino que ambos son capaces de olerse a kilómetros de distancia.
Siempre se ven por las tardes después del instituto, últimamente, él suele venir a casa a visitarnos. Se queda un par de horas y si quieren algo de intimidad, se van al porche. Supongo que han dejado de irse por su lado, ya que mi prima nota que ando algo cabizbaja por la ausencia de Caleb. La verdad, su cercanía, ha ayudado bastante.
Irritada, trato de concluir esta tortura de ejercicios, obviando la charla que mantienen, hasta que advierto un tono demasiado emocionado en la voz de mi prima.
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Anhelo - Criaturas de la noche II.
VampirDespués de conocer el amor de la mano de un príncipe vampiro, Elizabeth decide continuar su vida en Wyoming, iniciando el curso escolar. Pero la posibilidad de un futuro juntos, se verá truncada por el compromiso de Sedrik para con su raza. Beth t...