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Queriendo permanecer como éramos para siempre,
busque una bella estrella,
de esta manera, en esta hermosa noche,
camino a la orilla del mar a la sombra de la luna.
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Libro 1: ✅️
Libro 2:en proceso
Libro 3...
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—Es que esto cambia todo— hablo la elfa de luna impactada.
—¿Este es? ¿el huevo del príncipe dragón?— pregunto Callum, igual de asombrado
—Aun no puedo creer esto; si el huevo esta vivo— siguió la peliblanca.
—Quizá podría terminar la guerra— a completo el castaño.
—El esta bien ahí, puedo sentirlo— dijo muy emocionado el niño. Clara también lo hizo, sin embargo no menciono nada, pues desde hace rato tenia un mal presentimiento.
—Pero ¿como, porque no fue destruido?— pregunto de nuevo el castaño.
—Por que mi padre lo salvo— y dicho y hecho, Claudia dio respuesta a aquella pregunta, también poniendo los sentidos de alerta de Rayla y Clara.
—Claudia— nombro el castaño.
—Callum, Ezran y Clara, vengan detrás de mi; los voy a proteger del elfo— se puso en modo de combate, Clara por mero instinto se agarro de lo primero que encontró para sentirse protegida, siendo este el brazo de la elfa de luna. Aunque esta se safo rápidamente del agarre.
—Tu padre no salvo, ¡el lo robo!— defendió la elfa.
—¡Son mentiras!—.
—Entonces, ¿Por qué esta aquí?— cuestiono Callum.
—Mi padre lo tomo para protegernos Callum, para que los elfos y los dragones no lo usaran—.
—De que estas hablando, ¿Cómo podríamos usarlo?—.
—No finjas, sabes que es un arma muy peligrosa—.
—No es un arma, ¡es un huevo!—.
—¡Escucha Ezran no tengas miedo, camina hacia mi, y si se mueve aunque sea un poco...— Claudia hizo un hechizo con ayuda de la bola que tenia en su mano, ambas chicas se pusieron en combate —te ordeno que me des esa cosa—.
—¡No es una cosa!, tiene una madre y necesita regresar con ella— protesto Rayla.
—Ez, no te separes ni de mi, ni del huevo— le susurro Clara agarrándolo de la mano, por si necesitaban correr. Sentía una gran adrenalina por todo su cuerpo y su corazón le retumbaba hasta en los oídos.
—Tiene razón, quiere a su madre—.
—Ezran ten mucho cuidado— advirtió la pelinegra. El pequeño vacilo por un momento, mirando a la elfa peliblanca.
