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Lo Desconocido.

Los días en aquel lugar al que llamaban paraíso siempre parecían ser los mismos

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Los días en aquel lugar al que llamaban paraíso siempre parecían ser los mismos. Cálidos, luminosos, cómodos, en otras palabras, más que perfectos: eran tal y como los describían. Según decían, los habitantes lo eran aún más; o esa era la idea equivocada que mantenían los seres que vivían en el plano terrenal.

Los seres humanos; creaciones que Dios hizo a su semejanza. Se llamaban a si mismos sus hijos por esa misma razón. Sin embargo, no todos lo hacían. Y eso era lo curioso, tenían la capacidad y la opción de elegir.

En el paraíso decían que esas creaciones de Dios eran defectuosas. Se caracterizaban por ser egoístas, pecadores, naturalmente destructivos y terriblemente avariciosos; que por esa razones fueron exiliados a ese mundo que ahora habitaban y arruinaban con cada segundo de vida que tuvieran porque jamás se saciaban, siempre querían más de lo que tenían; no valoraban el mundo al que explotaban ambiciosamente. Lo tratan como se tratan el uno al otro.

Cada uno era distinto a otros. Tenían diferentes propósitos, sueños, maneras de ser, de sentir. Pero sobre todo, eran seres finitos, seres que aún sabiendo que algún día dejarían el plano terrenal, seguían viviendo. Para Taehyung, eso era algo digno de admirar desde su propia perspectiva. Aquellos personajes eran un caso extremadamente curioso para él. Solía leer mucho de ellos a menudo cuándo visitaba uno de sus sitios preferidos en aquél palacio al que llamaba hogar.

Mientras caminaba por un extenso pasillo, sus ojos estaban puestos en las líneas del libro que leía con tanta admiración: "Ojos, mirad por última vez. Brazos, dad vuestro último abrazo. Y labios, que sois puertas del aliento, sellad con un último beso".

Él no estaba capacitado para sentir emociones humanas. No sabía como sentirlas o siquiera sabía si era capaz de hacerlo. Quizás por ello era tanta su curiosidad por comprender esos sentimientos que hacían a las personas querer morir en lugar de vivir con la idea de no volver a ver jamás a las personas que amaron cuando aún vivían; no sabían ni siquiera si existía algo mas allá de la muerte, pero aún así no les importaba. Ellos morían con la pequeña esperanza de reunirse con ellos en algún otro lugar al que llamaban "el mas allá". Y a eso Taehyung no lo entendía. El planeta tierra contaba con un número elevado de personas y muchas de ellas deseaban morir por una sola; eran tan extraños.

Detuvo su paso al escuchar su nombre ser pronunciado. Levantó la vista conectando miradas con su padre.

Pegando un pequeño salto, cerró el libro y lo puso detrás de su espalda. Sabía que a él no le gustaba que leyera ese tipo de literatura, mucho menos que tuviera intereses por los humanos.

- ¿Qué hacías?. -le preguntó el hombre de cabello rubio medio largo.

- Nada. -respondió Taehyung.

- ¿De dónde venías?.

- De la biblioteca.

- ¿Y a donde ibas?. -volvió a preguntar el mayor.

- ¿Por qué me haces tantas preguntas?. -cuestionó el menor entrecerrando los ojos.

- No me respondas con otra pregunta, Taehyung. -reprendió mientras se acercaba a él y tomaba el libro que seguía ocultando en sus manos detrás de su espalda. Taehyung cerró ambos ojos; lo había atrapado- ¿Qué es esto?.

- Un libro.

- No te hagas el gracioso.

- Pero si sabes lo que es, ¿Por que me preguntas?.

- Sabes que no me gusta que leas esto y a tu padre menos.  -lo regaño- "Romeo y Julieta". -leyó entre dientes la tapa del libro- ¿Por que tienes esto, Taehyung? Y si, sé que para leerlo.

- Me gusta la escritura, la manera en como se desarrolla la historia. Sé que tiene un final trágico que aún no logro comprender, pero quiero hacerlo es por eso que lo leo una y otra vez. Iba a devolverlo, enserio.

- No hace falta que lo hagas Taehyung.

- Pero Gabriel se molesta cuando no devuelvo los libros.

- Me refiero a intentar comprender a los seres que habitan el plano terrenal. Tú no eres uno de ellos. -le recordó su padre mientras le acariciaba la mejilla y le devolvía el libro- Son muy complejos.

- Eso ya lo sé.

Seokjin entrecerró los ojos mirando al chico; algo parecía molestarlo. Taehyung como resultado mostraba una radiante sonrisa mediante su cabello se tornaba azul; un color que solía presentarse con poca frecuencia.

- ¿Estás molesto?. -Seokjin sonrió atreviéndose a tocar un mechón del cabello de su hijo.

- No. -respondió el joven intentando calmarse para que su cabello dejara de cambiar. Era muy traicionero y eso hacía que no pudiera ocultar su estado de ánimo- Iré a mi habitación. Tengo deseos de terminar con una pintura que inicié hace algunos días.

- Está bien.

Lucifer -KookV- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora