"Y es que lo prohibido siempre viene con un sabor especial"
- Por tentaciones como tú, existen pecadores como yo.
- KookV
- Ángeles y Demonios.
- Distorsión de edades.
- m-preg.
- Mención de otras parejas.
- Pura ficción.
《Queda prohibido cualqui...
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Una sensación abrumadora y asfixiante le cerró la garganta impidiéndole respirar. Se estaba ahogando. De pronto un sabor salado en su boca se sintió repugnante e hizo que quisiera vomitar.
Ese singular sentimiento lo inquietó. Abrió los ojos de golpe. Todo estaría oscuro de no ser por las escasas velas que alumbraban el lugar. Su respiración estaba agitada y sus pulsaciones eran erráticas. De su frente caían pequeñas gotas de sudor y su cabello se pegaba a su frente. Se abría sentado en la cama, de no ser por unos brazos que abrazaban su torso descubierto; le tomó segundos librarse de ellos para poder levantarse. Caminó hacia una jarra de vidrio que contenía algo de agua ubicada sobre una mesa de madera barnizada. Vertió un poco dentro de un vaso y bebió aquel líquido con la esperanza de que sus nervios se redujeran.
Cuando desvío sus ojos hacia la cama vio a una chica con cabellos negros y rizados, descansaba cómodamente con su cuerpo desnudo debajo de las sábanas. Dejó el vaso donde estaba y se colocó una bata negra de seda.
Ese sentimiento de ahogo se mantenía en su sistema; estaba incómodo.
Inconforme con sus pensamientos caminó hacia el balcón de su habitación, salió y se encontró con la brisa fría de la noche. La luna estaba en su máximo esplendor; enorme y brillante. Los rayos rojizos de esta lo envolvieron e iluminaron sus ojos.
- Señor.. -escuchó una voz suave y ligera que provenir detrás de él- ¿Señor, ha ocurrido algo?. -el joven de cabello azabache echó un suspiro al aire y volteó. Un cigarro encendido permanecía en su boca.
Escaneó de arriba hacia abajo a la chica frente a él. Su cuerpo desnudo se veía con claridad; la tela negra de su vestimenta era demasiado transparente para ocultarlo. Su largo cabello rizado caía por sus hombros y su labio inferior era apresado por sus dientes mientras miraba al azabache con deseo.
Para poder hablar, el hombre se quitó el cigarro de la boca dejando salir bastante humo que anteriormente había sido retenido por sus pulmones.
- No requiero más tú presencia. Puedes irte. -volteó su rostro sin expresión; le era indiferente. Ni se inmutó ante el cuerpo de la joven. No le provocó nada.
- Pero, su alteza..
- Largo. -le interrumpió.
Minutos después, una vez que acabó el tabaco en su cigarro, volvió a ingresar a la habitación. Vio que la mujer aún seguía allí, estaba vistiéndose antes de salir.
La sensación de incomodidad permanecía en él como una flecha incrustada en su pecho. Recordar los brazos de la mujer rodeando su cuerpo le resultaba detestable. Recordar el cuerpo 'desnudo' de la mujer junto a el suyo no se sintió agradable. Por esa razón no dormía junto a las personas con quiénes mantenía relaciones carnales; todo era bueno, hasta que el acto terminaba y sus deseos se saciaban. Luego deseaba volver a su habitación y estar tranquilo en soledad. Pero esa vez algo fue diferente. Una vez que concluyó lo ocurrido con la mujer, se sintió desfallecer, sintió que se ahogaba; como si de pronto entrara en un sueño profundo. Se desmayó y quedó inconsciente por un par de minutos o tal vez más. Perdió la noción del tiempo. Supuso que la joven pensó que él se había dormido, pero no fue así. Él no era un humano, no dormía ni tenía sueños.