7. Una elección inesperada

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Recomiendo tener la canción de multimedia durante todo el capítulo (o al menos hasta que termine del todo la ceremonia), todo lo que ocurre en los diferentes escenarios sucede al mismo tiempo.

"Los ojos no entienden lo que la mente no conoce"

Kiri estaba enojada con Lo'ak, ya habían pasado casi veinte minutos desde que su hermano mayor se había retirado del salón.

Neteyam no había podido disfrutar de la ceremonia de bienvenida como era debido, no había celebrado su fiesta de cumpleaños, no había visto a los Tulkun, no había tenido ningún contacto con el agua como lo hacían los demás desde su lesión en la batalla. En su lugar, había estado encerrado todo ese tiempo, mareado y al borde de la muerte más de una vez.

Y justo hoy a Lo'ak se le ocurría salir con sus ideas locas. 

Ya habían tenido una conversación en la que habían acordado que desde hoy harían lo posible para que su hermano pudiera tomar todo con total normalidad en el clan; pero no, Lo'ak ya lo había arruinado haciendo que sus padres como siempre lanzaran la responsabilidad de cuidarlos en los hombros de Neteyam.

Sin embargo, su enojo no le duró absolutamente nada. La mente de la chica disoció el problema al instante en el que del estanque comenzaron a salir pequeñas líneas de colores.

Era mágico, cada línea viajó hasta cada uno de los Na'vi, uniéndose en el centro de su pecho. Kiri no podía dejar de ver la forma en que se movían esas luces.

Una viajó hasta donde estaban y se pegó al pecho de Jake, luego otra en el pecho de Neytiri y otra en el pecho de Tuk. 

Kiri miró a su alrededor, parecía que nadie más que ella podía verlas.

Cuando el hilo de luz llegó hasta ella, suevamente se posó en el centro, apuntando su corazón. Al contacto sintió un cálido golpe envolverla, era Eywa.

Por un instante pensó que solo le había ocurrido a ella, pero cuando miró a su madre se dió cuenta que tenía ambas manos tocando su pecho también.

 — ¿Qué está pasando? — susurró Tuk, tocando suavemente la zona en que la línea se unía a su pequeño ser. Aunque no podía ver esa luz, la podía sentir claramente.

— Es Eywa — respondió Kiri, sonrió ante la sensación que la invadió cuando la Gran Madre se extendió en todo su cuerpo. 

— Oh Gran Madre — murmuró Neytiri tomando la mano de Jake, quien estaba en shock por la sensación.

En la cabeza del Sully mayor daba play una y otra vez el recuerdo de lo que sintió la primera vez que se unió al árbol de las almas en el Clan Omaticaya, era majestuoso.

Kiri, quien estaba completamente en trance por la emoción del momento, no estaba pendiente de la penetrante mirada que no le quitaba la atención por nada del mundo.

Ronal miraba fijamente a Kiri, las líneas se unían a todos los Na'vi, pero cuando Eywa elegía daba luz al portador de la semilla. La mujer tenía miedo, no quería que alguien que no perteneciera de nacimiento al Clan fuera elegida, se negaba totalmente a eso.

No conocía del todo a la chica, pero sabía que era lo suficientemente extraña; no cualquiera parece guiar a los peces bajo el agua o maneja los corales y pequeñas criaturas como si supiera todo sobre ellas.

Se puso en alerta cuando la chica miró su propio pecho, como si supiera lo que estaba conectado a ella. Un gran peso se posó en su vientre cuando observó como la chica miraba a su alrededor, como si pueda ver lo que ella también veía, se negaba a creer que eso era real; estaba al punto del colapso, cuando se percató que los demás Sully estaban igual, esto la alivió. Pensó que lo más probable era que la sensación les parecía extraña, más no que podían ver los hilos de luz.

Los planes de Eywa - Aonung x NeteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora