3. Ceremonia de bienvenida - parte dos

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POV. NETEYAM

Estuvimos a punto de llegar atrasados.

Era extraño, demasiado. Se supone que en otra ocasión debería estar ahogado en desesperación, con miedo por la reacción de mis padres o simplemente con ganas de desaparecer porque no me gustaba evitar los problemas. Aunque tampoco me gustaba ser parte de ellos.

Sin embargo, hoy no lo estaba.

Lo'ak si estaba nervioso, pero no sabría definir si era por lo que nuestros padres nos podrían decir o porque definitivamente regañarían a Tsireya.

La Tsahik nos estaba esperando con una cara de pocos amigos, sin contar el enojo mal disimulado que tenían padre y madre.

Estaba lo suficientemente cansado, y enojado, como para tener que mostrar humildad o sumisión ante tantos adultos, solo me limité a inclinar la cabeza. Llegamos en silencio, Ronal se llevó a sus hijos mientras los regañaba por un sinnúmero de cosas.

— Lo tiene bien merecido — susurré.

— ¿Qué cosa, bro? — preguntó Lo'ak. Se veía triste, suponía que era porque no sólo regañaron a Ao'nung, sino que de paso también le fueron gritando a Tsireya.

— Nada, hermanito.

— ¿Por qué llegan a esta hora, Neteyam? — padre estaba enojado y yo estaba con ganas de decirle que no había una explicación para lo que estaba preguntando, simplemente nos demoramos y ya.

— Lo siento, señor. Yo...— observé a mamá de pies a cabeza, no pude evitarlo, no al notar que ella tenía el mismo adorno que yo en su cintura y que este incluso le quedaba un poco flojo.

Recordé lo que hacía unos minutos me había dicho Reya cuando le respondí que no sabía nada de esa decoración y que estaba entre lo que me había entregado.

«Supongo que pudo haber ocurrido una equivocación, sin embargo, no creo que sea necesario que te la quites. Se ve bien en ti».

Pasé una mirada rápida a los demás, padre no la tenía, Kiri no la tenía y Lo'ak tampoco, no sé cómo me había dado cuenta de eso antes. Luego vi a Tuk, ella si la tenía.

— ¿Tu qué, Neteyam?

¿Yo qué? ¿Qué era lo que había preguntado?

— MaJake, ya está bien. Lo importante es que ya están aquí — a veces me gustaba cuando mamá salvaba el día, como justo ahora.

Papá ya no insistió con ello y mamá se acercó a nosotros para revisar que todo estuviera en orden.

— Se ven muy apuestos, tengo hijos muy hermosos — nos ayudó colocando bien nuestros cordones de cuna sobre el taparrabos.

— Ya basta, mamá — Lo'ak enrojeció pero aceptó el toque que mamá mantenía con sus manos sobre nuestras cabezas.

— Gracias, madre. Luces muy bella — Ella sonrió y juntos, los seis, caminamos hasta el interior del "salón", pero el lugar parecía ser cualquier cosa menos eso. 

Podría compararlo con el gran árbol, aunque no hubiera ninguno ahí, era similar al espacio donde nos reuníamos cuando se comunicaba algo a todos los miembros del clan, cuando se celebraba un nacimiento o cumpleaños; pero, también podría parecerse al lugar en el que todos comíamos y bailábamos.

Había muchas enredaderas alrededor, todas cubiertas de flores preciosas. Seguí el patrón con la mirada, esas plantas subían a una altura considerable y formaban una cúpula sin terminar.

¿Podrán treparse? No, tienen muchas espinas.

Mi imaginación quería volar un rato ahora que caminábamos hacia el límite del lugar, donde suponía que deberían estar el Olo'eyktan y la Tsahik.

Los planes de Eywa - Aonung x NeteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora