Sacrificio

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4:30 p.m.

Yaten miro una vez más por la pequeña abertura de la ventana, a pesar de no ver movimiento de algún zombie no podía confiarse. Aún recordaba haber corrido hasta aquella cafetería siendo perseguidos por un gran grupo de muertos vivientes, Seiya y él tomaron la desición de ocultarse dentro de ese lugar, el problema vino una vez entraron y cerraron la puerta. Un viejo amigo de Serena y Mina estaba detrás del mostrador, su rostro ensangrentado y sus ropas rasgadas por la lucha que había perdido. Serena y Mina no podían creer que Andrew hubiese sido atrapado y convertido en un monstruo. Tanto Yaten como Seiya lucharon para defenderlas y fue Mina quién tomo un jarrón golpeando su cabeza, aquel golpe no logro matarlo pero si aturdirlo dándoles la oportunidad de huir hasta la parte trasera de la cafetería donde se encontraba la cocina, Seiya había tomado una sartén ocultándose detrás de la puerta, en el instante que entró lo golpeó en la nuca, aquel golpe fue lo suficientemente fuerte para acabar con él.

Lo siguiente que hicieron fue comer algo y tomar provisiones guardandolas en sus mochilas, no sabían cuánto tardarían en llegar a la base militar pero hasta no estar seguros debían mantenerse fuertes. Mina había logrado comunicarse con Amy y aquello ocasionó una discusión que no acabo en gritos gracias a Yaten.

La peliazul le había informado que estaba en un avión de camino a Okinawa con su madre, que esperaba volver a verlas pronto. Mina le reprocho el no haber hablado sobre ellas y quizás con suerte en ese momento todas estarían juntas, después de eso corto la llamada decidiendo llamar a Lita, quién se encontraba en su departamento esperando que el movimiento de los zombie en la calle disminuyera para poder salir.

—No veo ninguno pero tampoco sé si son lo suficientemente listos como para emboscarnos-—Yaten se dejó caer al suelo recostando su espalda de la pared—: ¿Pudiste hablar con Taiki?

—Aun no, debe estar ocupado—Seiya guardo el celular en su mochila—: ¿Estas bien bombón?

La rubia guardo su celular, había recibido un mensaje de Haruka informándole que sus padres se encontraban a salvo.

—En casa no están mis padres, Haruka fue por ellos—Seiya respiro aliviado, después de todo era un alivio pues lo menos que deseaba era perder a la familia de Serena por algún error—: ¿Aún iremos hasta allá?

—Debemos ir por el auto y Lita nos encontrará allá—Serena asintió—: además, se que deseas quitarte esa ropa llena de sangre.

—Es lo menos que me preocupa...—la rubia abrazo sus piernas mirando sus zapatos—: solo deseo ir con mis padres y Sammy.

—Cuando lleguemos...—Yaten tomo la palabra impidiendo que Seiya hablará—: Seiya y yo nos encargaremos de revisar el auto e iremos por ustedes, deberán ir solas una vez nosotros estemos frente a nuestra casa.

—¿Solas?—Mina sintió un escalofrío al imaginarse estar con su amiga y fueran rodeadas—: porque no vamos con ustedes y luego a casa de Serena.

—No podemos perder tiempo Mina, ustedes esperarán por Lita mientras nosotros preparamos el auto—la caricia de Yaten en su mejilla logro calmar sus nervios—: estarás bien.

Mina quería estar de acuerdo con él, pero algo en ella le gritaba que nada estaría bien, tenía un mal presentimiento que no lograba ocultar por más que trataba de pensar en las palabras del hombre que amaba. Miro a Serena entre los brazos de Seiya, conocía del amor de él por ella y como la rubia termino eligiendo a Darién por culpa de sus celos infantiles, aunque su amiga juraba que amaba a Darién estaba segura que no era así o al menos no del todo.

—¿Viviremos?—todos prestaron atención a la pregunta de Serena, la rubia se aferraba a los brazos de Seiya temblando—: no quiero morir... no quiero ser una de esas cosas.

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