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Las horas pasaron lentas en el castillo Jeon, pero por fin llegó la noche.

Jungkook se había pasado casi todo el día en compañía de Jimin en su despacho, pero no hicieron otra cosa más que trabajar porque así lo quería el más bajito. Y comprendía las razones del chico: había estado dos días ausentes, aunque uno de ellos era su día libre, y tenía que hacer bastante trabajo para ponerse al día. Solo habían descansado para comer y Jungkook había aprovechado para escaquearse para ver a su madre.

Porque, lo único malo de hacerle una sorpresa a su mano derecha para pedirle ser su pareja, era que Jimin siempre estaba cerca de él. Y aunque Jungkook no podía quejarse porque estaba encantado de tener a Jimin con él, eso dificultaba el hecho de que fuera una sorpresa. Por lo que tuvo que recurrir a la única persona en la que él confiaba para esto sin que hiciera demasiadas preguntas: su madre.

Aunque, la conversación no había ido bastante bien. O por lo menos, para las intenciones de Jungkook de no decirle mucho acerca de lo que tenía planeado.

-Entonces, yo le digo a la señora Park que os haga para cenar el plato favorito de Jimin. El cual no tienes ni puta idea de cuál es...

-Mamá, lenguaje.

-Cállate. Y también le pregunto cuáles son las flores favoritas de Jimin, para luego ir al jardinero y decirle que haga un ramo de esas flores.

-Exacto.

-¿Tú qué quieres hacer exactamente, me has dicho? ¿Pedirle ser tu pareja o ya directamente matrimonio?

-Lo del matrimonio es buena idea, pero no quiero que me deje por intenso. -dijo Jungkook.- Él me llamó novio al acostarnos, no esposo.

-¿Ya lo habéis hecho? Entonces, ¿para qué te lo curras? Si lo difícil ya lo has hecho...

-¡Mamá! Quiero hacerlo porque se lo merece, no porque quiera volver a hacerlo.

-Ese es mi niño. Pero, después, quiero los detalles.

-No te los di con mi primer amante, que menos no me podía importar, te los voy a contar con el amor de mi vida.

-Tenías razón en una cosa, Jungkook: sí que eres un poco intenso. -rio la señora Jeon, antes de besarle la mejilla a su hijo.- Pero, también, te he educado bien. Haré todos tus recados, solo porque prefiero a Jimin de yerno que cualquier hija de noble que te debe de estar buscando tu padre.

-¿Para qué? Si no puedo tener hijos.

-Eso, mi amor, se lo preguntas a él. Aunque te dirá algo como "te he convertido en lo que eres, estás vivo gracias a mí, me lo debes". ¡Ah! Y algo como "no aceptaré más tus tendencias sodomitas, ya es hora que sientes la cabeza".

-Más que sentar la cabeza, a lo mejor se la arranco. -dijo Jungkook.

-Hazlo. Nos harías un favor a todos, aunque no me gusta llevar la ropa de luto. -dijo la señora Jeon, antes de salir del despacho y que Jungkook se riera a carcajadas de lo dicho por su madre.

El resto de la tarde fue igual que por la mañana, aunque algún criado entraba con alguna nota de parte de su madre comentándole como iba el plan y, en alguna ocasión, pidiéndole algún detalle más para que todo estuviera perfecto. Jimin mirara extrañado a Jungkook cada vez que escribía una nueva nota y se la entregaba al criado, pero decidió no hacer ninguna pregunta al respecto y seguir con su trabajo.

-Solo queda esto y habremos acabado el trabajo... -dijo Jimin, haciendo que Jungkook resoplara.- ¿Quieres dejar de quejarte?

-No puedo quejarme ahora tampoco...

Aeternus [Kookmin Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora