Aeternus [Kookmin Au]

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Jimin y Jungkook eran dos personas que se complementaban desde el segundo uno en el que cruzaron miradas y ellos dos eran conscientes de ellos desde el minuto uno que juntaron sus labios la primera vez, en los sueños de Jimin. Mientras que Jungkook solía ser impulsivo la mayor parte del tiempo, Jimin era la voz de la razón y quien le ayudaba a que su "lado oscuro" no saliera a la luz en la mayoría de las ocasiones. Aunque ambos eran serios y responsables, Jimin era el más gruñón de ambos y Jungkook, el bromista.

Pero, en lo que ambos eran exactamente iguales era en lo que sentían por el otro y la manera en la que se lo demostraban. Por mucho que Jimin se ponía nervioso y, en ocasiones, incluso tartamudeaba por la cercanía del duque, no tardaba mucho en volverse más descarado y seguirle el ritmo a Jungkook. Incluso, podía llegar a sorprenderlo como había ocurrido aquella tarde en la sombra del árbol de aquel prado en el que habían tenido su momento a solas.

Y esa noche, en aquella habitación, Jungkook tenía planeado pasar a la siguiente fase con Jimin siempre que él quisiera. Fase a la que, por lo que estaba viendo y sintiendo, su anfitrión también quería pasar. Especialmente cuando empezó a jugar con la camisa del duque con la intención de quitársela.

-Si seguimos... -susurró Jungkook, bastante agitado tras separarse del beso.- Que sepas que no pienso parar en toda la noche...

-Eso suena interesante... -susurró Jimin de la misma manera, antes de sonreírle.- Aunque... ¿Por qué debería querer que pararas?

-Joder, Jimin... -susurró Jungkook, antes de que ambos volvieran a empezar a besarse apasionadamente, a la vez que se movían con el objetivo de acabar con cualquier tipo de distancia posible que existiera entre ellos.- Vas a acabar creándome un problema...

-El problema ya te lo he creado o no estaríamos de esta manera... -susurró Jimin, antes de empezar a besarle el cuello y que Jungkook cerrara los ojos para intentar controlarse y no morder al chico. Pero no podía evitar hacer más fuerte el agarre de la cintura que tenía con el chico.- ¿Qué ocurre, Jungkook?

-Intento controlarme... Eso no significa que no me guste lo que haces... -dijo Jungkook, intentando sonreír para que Jimin no se preocupara. Pero el chico no era tan difícil de engañar, por lo que no tardó en acunar el rostro de Jungkook y empezar a acariciarle las mejillas con sus pulgares.- Jimin...

-Escúchame, ¿de acuerdo? No quiero que pienses que me vas a hacer daño cada vez que sientas que puede pasar que llegues a hacerlo. Yo lo entiendo y acepto los riesgos, los acepté en el mismo momento en el que nos hicimos amigos y después me enamoré de ti. Pero no puedes torturarte de esa manera siempre que estés conmigo, Jungkook, no es sano.

-Pero... Podría llegar a matarte... Mira lo que les he hecho a esas personas... -empezó a divagar Jungkook, antes de que Jimin le interrumpiera con un beso tierno que no tardó en corresponder.

-Si sientes que no puedes controlarte, quiero que me muerdas. -dijo Jimin, haciendo que Jungkook negara con la cabeza.- Jungkook, tienes mi permiso para morderme en una de mis muñecas y saciar tus impulsos, ¿de acuerdo? Sé que puedes llegar a controlarte...

-¿Y si no lo hago? -preguntó Jungkook susurrándole, a lo que Jimin le sonrió.- ¿Y si acabo matándote?

-Entonces, habré muerto como un idiota que confió en su novio. -bromeó Jimin.- No dejes que eso pase...

Jimin y Jungkook volvieron a unirse en un beso tierno, que no tardó en hacerse más apasionado en cuanto Jimin comenzó a levantarle la camisa al duque. Jungkook no pudo evitar sonreír al sentir la mano de Jimin por el interior de la prenda, lo que hizo que guiara a ambos al colchón sin dejar de besarse, para después tumbarse sobre él lo más cuidadosamente posible.