II: Cita con un chico

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Jisung miró el número escrito en el papel de su bolsillo repetidas veces. No iba a mentir, estaba aterrado.

¿Debería llamarle y decirle que sí?

No, claro que no. Él jamás había mostrado interés hacia los hombres y fingirlo ahora sería armar un espectáculo, pero así mismo empezaba a creer que era más facil aprender a actuar que conseguir a una chica.

Quizá esa opción era la mejor que tenía por ahora, y si dejaba pasar el tiempo nadie iba a creerle.

Oh Dios. ¿Qué pensaría su padre de tal aberrante noticia? Su hijo, el único heredero del legado de su esposa, al parecer gustaba de hombres también.

Sin embargo Jisung no era tonto. No iban a desheredarle. Él tenía un enorme poder y era precisamente ese; el ser el heredero. Fue el único que estudió para continuar con ese legado, el único que sabía perfectamente cómo manejar la tienda si su madre se ausentaba, y el único capaz de mantener en alto el prestigioso nombre de los Han en un futuro. Todo estaba en sus manos. Desheredar a Jisung era como pegarse un tiro en el pie.

¿Acaso no era muy pronto para pensar en casos tan extremos? Ni siquiera sabía aún si aceptaría la propuesta del mesero. Ya había perdido la cuenta de las veces en que vio el número. Estaba memorizado.

Sólo por sentirse algo más seguro, decidió buscar una segunda opinión, y qué mejor para ello que su increíble amigo durmiente Seo Changbin. Fue hasta su casa dispuesto a compartir el dilema que le aquejaba.

—¡Hyung! —saludó alegre con una bolsa de golosinas en mano. Changbin adoraba los snacks. Sólo así este le dejaría entrar en su casa—. Tengo que hablar contigo.

—¡Son mis favoritos! —dijo tomando la bolsa y haciéndole el espacio a Jisung para que entrase—. ¿A qué se debe tu inesperada visita? Veo que vienes del trabajo. —comentó ahora haciendo énfasis en la vestimenta que su amigo traía.

—Estás en lo cierto. —se tomó la libertad de quitarse los zapatos e ir directamente hasta el suave y enorme sofá que Seo tenía en casa. Han lo describía como estar sentado en una nube—. Luego de nuestra llamada de esta mañana ocurrió algo. No vas a creerlo.

—¿Ah, sí? —Bin ya estaba comiendo golosinas de la bolsa de pie frente al visitante, esperando tranquilamente una historia que deleitase sus chismosos oídos.

—Verás. —comenzó a explicar—. Hoy cuando fui a desayunar a mi café favorito, noté que había un mesero nuevo. Él escuchó mi llamada contigo, y después se me acercó, y me preguntó personalmente si es que aceptaba a un novio falso, porque necesitaba dinero. ¿Algo bizarro, no crees? Pienso que es una tontería pero que no es mala idea. Por favor dime qué opinas de esto.

—¿Quieres que sea honesto? —enarcó una ceja y tragó lo que había estado masticando. Jisung asintió—. Luces bastante gay. Si finges salir con un chico nadie lo pondría en duda y todos te creerían.

—¿Hyung, a qué mierda te refieres con que luzco bastante gay? —Sung se mostró indignado.

—No te lo tomes a mal. ¿No te pasa que ves a algunas personas y piensas: "probablemente es gay"? Pues siempre pensé eso de ti, hasta que me contaste sobre tus terribles relaciones del pasado. —y volvió a llevarse más golosinas a la boca. Han se quedó quieto y pensativo. Nadie jamás le había dicho tal cosa—. Pero si lo piensas, es una ventaja. Puedes decirle al mesero que haga el trabajo y nadie va a cuestionarte. Creerán que finalmente saliste del closet. Channie hyung también piensa que luces muy gay.

—¿Cuántas personas creen que yo...? —iba a preguntar, pero se abstuvo—. Olvídalo. En estos momentos me es más importante saber qué haré. Mis opciones son pocas.

Perfect Actors - minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora