Capítulo 15

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Tras la comida, la tarde en los archivos me pareció apacible, un refugio seguro para poder rememorar los eventos de esa mañana.

El dolor en mis caderas y mi trasero, los músculos algo resentidos por el ejercicio inesperado y la tensión de placer en mi estómago, me dijeron que había sido real, que Hyukjae me había hecho suyo y que yo había disfrutado cada segundo de ello.

Al terminar mi trabajo, me costó un poco concentrarme en mis deberes, una sonrisa de felicidad prendida aún a mi cara, y me alejé en busca de la compañía de Teddy, aún cuando mi cuerpo gritaba de anhelo por Hyukjae.

Mi oso me recibió alegre como siempre, incansable como siempre y deseé poder contarle lo que había pasado entre nosotros, que una brecha más se había cerrado en torno nuestro, acercándonos y que me hacía profunda, inmensamente feliz.

Que me sentía un hombre más completo, porque estaba enamorado de su hermano, y la vida era bella y me sonreía. Pero hay cosas que no pueden ponerse tan fácilmente en palabras, y aunque mi oso era afectuoso conmigo, no me sentí inclinado a hacerle confidencias que quizás no entendiera.

Solo le aseguré que Hyukjae era el mejor hombre sobre la tierra y que me alegraba de ser su novio y que no lo fuera Aki.

Cuando la biblioteca cerró, mis ojos captaron la forma de mi lince afuera, sintiendo tal ráfaga de pasión, que me costó no correr al exterior y lanzarme en sus brazos; un par de semanas atrás yo le huía, ahora no quería nada más que estar a su lado.

Dejé que Teddy le saludara primero, ya que era su privilegio, y me encontré con sus ojos de negro tormenta tan cerca de los míos, que me quitaron el aliento.

Le di un tímido saludo, poco acostumbrado a que su hermano nos viera en actitud cariñosa (si bien no me importaban los otros) pero me respondió con un beso tan apasionado, que adiviné su hambre era tan feroz como la mía, y me hizo recordar a esa mañana.

El brillo de sus ojos me dijo que pensaba en lo mismo. Una risilla cómplice a nuestras espaldas, nos dijo que Teddy se lo estaba pasando en grande.

Sonreí también, al ver la bella sonrisa en la mirada de Hyukjae.

-Estás bien?- susurró para que no le oyera su hermano, mirando disimuladamente entre mis piernas.

-Lo estoy. No ha sido tan incómodo como esperaba.

-Me alegro- y me besó suavemente, con el eco de otra risita alegre detrás. Mi corazón suspiró de alegría entre sus labios.

Sus ojos me miraron entonces con dulzura- Mi ratoncillo, siento que no podamos quedar mañana también, pero tengo clases por la mañana...

-Y está lo de tu examen el jueves. Lo entiendo...

-Podéis quedar por la tarde- interrumpió Teddy, mirándonos con ilusión.

-Hace un rato estabas disimulando muy bien- le regañó su hermano, pero sonreía. Mi oso volvió la vista hacia otro lado.

-Vaale, no miraré como os besáis, pero tenéis que quedar mañana. Los novios deben darse besos todos los días. Es la ley- dijo muy serio y no pude evitar reírme con ganas.

Hyukjae alzó una ceja ofendida.

-Teddy tiene toda la razón. Y espero que no seas un ratón delincuente, e intentes huir del cumplimiento de esta regla... O tendré que arrestarte- amenazó en voz baja de manera seductora, con promesas de cosas malas en mente.

Yo me mordí los labios mientras le miraba, bajando la mirada a lo largo de todo su cuerpo. Hyukjae me lanzó una mirada hambrienta, susurrando un inaudible "Pervertido", que me llenó del deseo de hacer yo el "arresto" correspondiente.

Háblame De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora