Capítulo 10

57 9 1
                                    

Un miedo sordo se apoderó de mí, pero fue superado por una devastadora tristeza. Me acerqué a él y agarrando su chaqueta, lo obligué a caminar hasta lo que antes había sido la parada de autobuses y ahora no era más que una banca herrumbrosa en el suelo.

Se dejó llevar sin protestar, y lo senté sobre el frío metal. Seguía llorando, pero en silencio, sin molestarse en ocultar ya su rostro.

Me sentí fatal conmigo mismo por haberlo acorralado de esa manera, solo porque estaba celoso de Aki. Pasé la mano por su cabeza y sentí la suave textura de su pelo, invitándole a apoyarla sobre mi hombro.

Como antes, se dejó hacer y estuvimos allí un rato, sentados en la fría banca, mientras su llanto se calmaba. Reinaba la oscuridad y el silencio, y en el cielo brillaban unas pocas estrellas.

Pensé en mi madre, en mi vida, en todas las cosas que habían ocurrido desde su muerte. No había sido fácil continuar después de perderla, y tenía secretos y dolores con los que cargaba día a día

¿Era justo que juzgara a Hyukjae, como lo había hecho, sin saber su historia? Porque mis palabras le habían herido profundamente, y ahora me sentía abrumado por la culpa.

Acaricié su pelo, sin sentir placer de tocarlo por fin, porque era un momento lleno de tristeza y no apasionado, como yo esperaba.

-Soy una persona horrible- oí decir, y al principio creí que era mi voz, pero había sido la suya. Apartó la cabeza de mi hombro, y mis dedos perdieron el contacto de su pelo suave y cálido.

Se restregó el rostro con fuerza con ambas manos, y su cara se contrajo en una mueca dolorosa- Y un terrible hermano...

-Es posible- susurré y me miró con aflicción. Busqué en mi bolsillo y encontré un pañuelo desechable, de los que siempre llevaba para limpiar mis gafas, abriéndolo para pasarlo por su húmeda nariz.

Lo cogió con su mano y se sonó- Pero solo eres un ser humano. Y tendemos a cometer errores, aún contra nuestra voluntad y con nuestras mejores intensiones... Y por culpa de nuestro miedo también- acepté por fin.

Usó el pañuelo para secarse bien los ojos- Hyukjae, no sé cuales son tus razones, pero sean las que sean, creo de verdad que has intentando mantener las cosas bajo control...

Aún cuando se te hayan ido un poco de las manos- me miró y lanzó un suspiro fastidiado, agitando la cabeza.

-Soy un idiota. Creí que podría mantenerlo a raya, pero...

-Hablas de Aki?

-De Aki, de mi vida, mi familia, de todo...- comprendí que su tristeza era mucho más profunda de lo que yo creía, y tenía raíces que me eran desconocidas.

Sentí pena por no saber como ayudarle. Pero al menos podía estar cerca ahora.

-Cargas el peso del mundo sobre tus hombros, no es así?- dije apoyando mi mano sobre el suyo. Bajó la cabeza y miró el suelo, con una sonrisa triste. Yo apreté su hombro con fuerza y le remecí hasta que alzó los ojos hacia mí una vez más.

Con la luz pude ver que estaban rojos y aún húmedos- Pero no estás solo Hyukjae. Tienes a tu familia. Tu tía es cariñosa, tu prima un encanto, incluso Choco...- eso le hizo sonreír- Tu tío es una excelente persona, a pesar de su enfermedad.

Y es injusto, lo de su enfermedad y todo eso- apreté las mandíbulas al recordar a mi madre- Pero estoy seguro de que él sabe que deja a los suyos en buenas manos- agitó la cabeza en silencio, pero no despegó sus ojos de los míos-

Y tu hermano es fuerte, gentil y valiente. No lo sería si no tuviera a una persona como tú a su lado- estaba seguro de ello.

Hyukjae sonrió perdiendo la mirada en el suelo otra vez, medio halagado, medio incrédulo- Y puede que... te hayas equivocado al elegir a tus amigos, pero no es tarde.

Háblame De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora