A las 9 regresamos a la biblio en espera de Teddy. Íbamos de la mano, y así nos vio mi oso gentil al salir, lanzando una de sus risitas felices, mientras se cubría la boca y daba un par de saltitos contentos.
No pude evitar reír al ver su actitud tan de niño pequeño. Y me alegraba de que estuviera feliz por nosotros.
-Nos vamos a casa ya, ratoncillo- dijo mi lince, dándome un abrazo suave- Corre a la tuya, así estarás calentito cuanto antes.
-Lo haré. Hasta mañana, y suerte en tu examen- me agradeció con un beso- Hasta mañana Osito...
-Hasta mañana, Ratoncito. Oh, y tía Soohe te invita a comer el sábado- volvió a repetirme como esa tarde. Vi a Hyukjae alzar una ceja.
-Y porqué no me lo dijo a mí?
-Porque es una sorpresa. Quiere celebrar que tú y Donghae estáis juntos. Fue idea mía explicó muy serio.
Eso me dijo que Teddy nos aprobaba completamente, aunque hubiese "arruinado" la sorpresa.
-Gracias Osito, allí estaré el sábado- le aseguré y sonrió contento. Hyukjae me miró con una sonrisa cómplice, acercándose para rozar sus labios contra mi oreja, haciéndome estremecer.
-Mío- susurró antes de apartarse- Bueno, entonces nos vamos. Hasta mañana, y que duermas bien.
-Adios. Vosotros igual. Que lleguéis bien a casa.
Ambos se alejaron charlando con voz suave que disfrute oír aún a la distancia, y me acompañó hasta regresar.
El jueves fue tranquilo, un día apacible aunque aburrido, ya que me faltaba mi cuota de lince diaria. Esperaba verle como el día anterior al salir de clases, pero no estaba allí y pensé que estaría dando el último repaso antes de su examen por la tarde.
Al menos eso me decía que era una persona seria con lo que se proponía, y por supuesto también con nuestra relación.
Después de comer sin muchas ganas en la cafetería, me fui a la biblioteca. Mis libros no me consolaron como solían hacerlo, porque me estaba acostumbrando al consuelo tibio y cercano de su cuerpo palpitando contra el mío.
Era increíble todo el espacio vacío que ignoraba tenía en mi interior y que solo Hyukjae podía llenar; sabía que eso me dejaba en desventaja, pues es quien se enamora primero quien más suele sufrir en la relación, pero era un precio que estaba dispuesto a pagar.
Cuando subí a la sección de Teddy tras mi turno, me alegró verle, ya que esos días no había gozado de su compañía. Claro que hubiera preferido estar con mi lince bello, pero ver a mi gran Oso amistoso mejoraba mi día enormemente.
Estaba sentado a su mesa, sin niños ya a esa hora, copiando un dibujo muy concentrado, y cuando me acerqué vi que eran un gato y un ratón leyendo un libro juntos.
Me quede mirando el diseño hasta que alzó la vista.
-Hola Ratoncito!
-Hola Osito. Qué estás haciendo?- consulté sin poder aguantar la curiosidad. Me miró con una sonrisa enorme.
-Es una sorpresa.
-Ah, sí? Vaya, suena genial. Y ese es un dibujo muy bonito.
-Lo copié de un libro. Es una historia sobre un gato y un ratón que son amigos. Es para Minha. Prometí que le contaría la historia. Quieres oírla tú también?
-Claro.
Y me la contó mientras me sentaba a su lado, ayudándole a colorear. Era increíble como esas pequeñas cosas me hacían tan feliz. O quizás era la sencilla alegría de Teddy la que me contagiaba.
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Háblame De Ti
RandomEl amor lo cambia todo, lo transforma todo... ¿Pero, puede borrar también el temor más profundo?