El Imperio Terra

Destino Manifiesto de la Humanidad

Publicada en Internet durante la Guerra del Primer Contacto

La humanidad se encuentra en una encrucijada, de pie en el camino hacia la grandeza y nuestro destino manifiesto compartido... o la subversión, la esclavitud y la extinción a manos de extraterrestres que tienen poco en común con nosotros y tienen aún menos preocupación por nuestro destino final.

La elección está en vuestras manos, compañeros humanos. Hay quienes dirían que desconfiar de los alienígenas es intolerancia, que deberíamos aceptarlos con los brazos abiertos y que la humanidad prosperará a partir de ellos. Es mi intención sugerir que este no es el caso, y nunca puede ser el caso, si la humanidad actúa en la posición de suplicante.

La historia misma nos muestra los resultados probables cuando una cultura tecnológicamente superior se encuentra con una más primitiva. Pregunte a los cherokees, apaches, incas, zulúes, yahdzi, ainu, aborígenes y una docena de otros grupos culturales qué tan bien funcionó para ellos, y luego pregúntese si cree que la asimilación y la servidumbre como ciudadanos de tercera clase es el futuro que desea para ellos, tus niños.

Por supuesto, algunos dirán 'pero los extraterrestres no actuarán como humanos'. Tienen nociones preconcebidas de cómo se comportarían, pero ya hemos visto cómo se comporta el extraterrestre, en Helios.

Una vez, pensamos que el descubrimiento de vida extraterrestre sería un evento feliz y edificante. Una vez, elocuentes autores nos dieron una visión de un futuro lleno de esperanza, lleno de asombro. Y cuando llegaron desde la brillante oscuridad del espacio exterior, teníamos la esperanza de un resultado pacífico y feliz.

Todos conocemos y recordamos los días de Helios, y cómo ese sueño murió en fuego, sangre y dolor. Los extraterrestres no solo eran hostiles con nosotros, sino que, como hemos visto en años posteriores, los extraterrestres no son más unificados, ni más pacíficos ni más sabios que la humanidad misma. De hecho, el mero hecho de que nuestra joven especie haya sido capaz de defenderse tan bien como lo hemos hecho nosotros durante este primer enfrentamiento con los tzynn es nada menos que asombroso, dados los miles de años que su civilización ha estado en el lugar.

Y es por eso, mis congéneres humanos, que estamos en una encrucijada. Está claro que tenemos una opción: tratar de tratar a los extraterrestres como intelectuales e iguales y ser recompensados ​​con traición y guetización, o prepararnos para la guerra en tiempos de paz y tomar medidas ahora para asegurar la primacía humana en la galaxia.

¿Por qué la supremacía humana? ¿Por qué no trabajar con Alien? Hay tres puntos que considero importantes al analizar nuestro nuevo lugar en la historia.

Primero, debemos considerar lo que ganamos y perdemos al trabajar con extraterrestres. Por encima de todo, cada especie debe considerar su propio imperativo de supervivencia y ser consciente de las amenazas a su nicho de existencia. Visto así, los humanos son un problema para las otras razas de la galaxia. Mientras que los Yprodin tardó mil años en pasar de los motores diésel a la bomba atómica, a nosotros nos llevó apenas unas cuantas décadas. Donde los tzynn se esforzaron durante casi nueve mil años para ir más allá de los límites de la tecnología en sus épocas medievales, pasamos a la era moderna con presteza.

El peligro para los extraterrestres de una humanidad que los supera en poco tiempo con nuestra creatividad y habilidad superior para improvisar es la razón por la cual la humanidad es superior a los extraterrestres. Unirnos a su guía y tecnología solo retrasará nuestro propio progreso. Además, permitirá que los extraterrestres se aprovechen del ingenio humano sin ofrecer nada a cambio. Y hacernos vulnerables a un grupo que teme nuestra destreza es suicida.

En segundo lugar, nuestra propia superioridad es la razón por la que no se puede confiar en los extraterrestres. La humanidad llegó a la escena galáctica como inocentes. No nos involucramos en ningún tipo de crímenes atroces, ni actuamos de manera agresiva. Y, sin embargo, nuestra supuesta trasgresión, rechazar ser un vasallo de los tzynn, resultó en la Guerra del Primer Contacto.