Capítulo 5

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BUILD

La noche anterior me había obligado a dirigirme directo a la cama tan pronto como regresé a mi apartamento, me sentía exhausto y adolorido, por tanto, no había tenido el tiempo de comer nada durante horas. Los rugidos de mi estómago al despertar, me llevaron a caminar hacia la cocina para encontrar algo para comer, sin embargo, las incesantes llamadas a mi teléfono no me permitieron disfrutar de mi desayuno.

Maldije a quien fuese tan inoportuno para llamarme un sábado por la mañana, durante mi día de descanso. Los viernes, ciertamente, no eran mis días preferidos, y mi cuerpo necesitaba un buen descanso al día siguiente.

Me digné a contestar la llamada de quien estuviese al otro lado de aquel número desconocido.

¿Hmm? —traté de hablar aún con algo de comida en mi boca.

—¿Build, cierto? ¿Cómo has estado? —preguntó una voz inusualmente entusiasta.

Uhh... Lo siento, ¿quién habla?

Soy Jay, de la cafetería, ¿me recuerdas? —habló con rapidez—, Bible me dió tu dirección para devolverte la camisa que arruiné ayer, ¡la lavé y ya volvió a verse como nueva!

Ohh, no era necesario. Muchas gracias —contesté.

Yo... Creo estar cerca, pero no logro encontrar la calle correcta, ¿te molestaría enviarme la ubicación?

—¿Bible te dijo dónde vivo? —entré en pánico, ¿qué pensarían los amigos de Bible al saber que está cerca de alguien como yo?—. Umm... De hecho, hay un pequeño parque cerca de aquí, es más sencillo encontrarlo, te enviaré las indicaciones —dije negándome a mostrarle el lugar en donde vivía.

Okay... Está bien, nos vemos —su voz se tornó algo extraña y colgó antes de que pudiese contestar.

Me sentía algo aturdido, mi comida ya se encontraba fría y mi cuerpo se sentía tan... maltratado. Tomé un puñado de pastillas mientras le enviaba al chico la ubicación del lugar y busqué algo de ropa junto al gran espejo en mi habitación. Nada parecía cubrir por completo las nuevas marcas y heridas en mi piel, por lo que hice una mueca y saqué la ropa de invierno en una esquina del armario. Creí que una remera con mangas largas y unos jeans oscuros deberían servir.

Eché otro vistazo hacia el espejo: las marcas aún eran visibles en mi cuello, incluso esa asquerosa mordida sobre mi hombro, la cual se asomaba por el cuello de la remera. Busqué el corrector de ojos que Tong me había obsequiado tiempo atrás para intentar cubrirlos pero, para mi desgracia, ya estaba vacío. En su lugar me quité la remera y busqué una con cuello alto; era posible que se viese algo extraño llevar esa ropa en la mitad del verano, sí, pero no estaría fuera por mucho tiempo, por lo que arreglé mi cabello y salí de todos modos.

No tardé mucho tiempo en llegar al lugar, pero una vez allí, el calor comenzó a molestarme, aún estando bajo la sombra de un árbol. Reposé mi cara sobre mis manos y le permití a mis ojos descansar hasta escuchar esa característica voz a mis espaldas.

—¡Build, aquí estás! —Jay se sentó a mi lado.

Ohh, hola —sonreí—. Lamento que hayas tenido que venir hasta aquí sólo por una camisa.

—No hay problema —palmeó mi hombro—, de todos modos, fue mi culpa que se haya arruinado.

Sólo fue un accidente, está bien —respondí—, siento que Bible no lo haya visto así y se molestara por eso.

DISTRITO 21 | BibleBuildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora